Tras 15 temporadas sin derbi asturiano, los futbolistas del Sporting de Gijón volvían a jugar un partido oficial contra el eterno rival. La afición y los jugadores de ambos equipos estaban muy tensos durante las horas previas, además los sportinguistas aspiran al título y un pinchazo en casa les frenaría la gran progresión que traían. El ambiente estaba enrarecido por todo lo acontecido durante la semana previa, y la tensión durante todo el sábado fue muy alta.
Todo lo que ha rodeado al partido durante la semana previa, con la polémica levantada con las camisetas y las declaraciones cruzadas entre directivos, contribuyó a crear un ambiente muy tenso. Insultos y altercados, se intercalaban con cánticos de animación y pasión en las gradas.