La presencia de Carlos Castro en la delantera del Sporting de Gijón en el encuentro frente a la SD Huesca fue la modificación más sorprendente introducida por el entrenador Paco Herrera en el once de inicio rojiblanco. La primera oportunidad para el delantero de Ujo como titular llegó en la jornada 10 del campeonato, Castro no comenzaba un encuentro desde el duelo con el Betis que cerraba la pasada temporada.
Carlos Castro es uno de los nombres que más debate genera en el sportinguismo, ya sea para bien o para mal, y esta temporada no estaba siendo menos. Ante sus últimas actuaciones rodeadas de polémica, expulsión en Soria o su penalti a lo Panenka en el ultimo encuentro disputado en El Molinón, el técnico decidió demostrarle su confianza y darle minutos de fútbol para acallar las voces de sus detractores.
En la primera mitad Castro se mostró muy activo, generoso en el esfuerzo y la ayuda en la presión sobre la salida del balón del Huesca y dejó muestras de su indudable calidad en un par de acciones individuales, en las que se fue deshaciendo de los rivales que le salían al paso, pero en las que le faltó fortuna para encontrar un buen remate a portería.
Arrancó el segundo acto con una gran ocasión del delantero en la que su remate con la pierna izquierda se fue desviado, mientras el físico le acompañó siguió trabajando en el desgaste de la defensa y mostrándose peligroso cada vez que el balón se acercaba a sus botas. Finalmente fue sustituido a los 70 minutos y despedido entre aplausos por un público que reconocía así su buen partido al que solo le faltó el gol.