El Sporting se vio perjudicado por el árbitro del encuentro, Pizarro Gómez, quien se equivocó al considerar penalti un claro agarrón de Juan Rodríguez que se produjo fuera del área. Joselu aprovechó el regalo para desnivelar el marcador y encaminar la victoria del Granada.
La decisión arbitral terminó marcando el signo del partido y, de paso, mermando el efecto Baraja tras el relevo en el banquillo. Precisamente en estas fechas en las que que el sistema de videoarbitraje (VAR) está siendo demandado por gran parte del entorno del fútbol español.
El asistente de Pizarro Gómez también erró en la jugada que originó el segundo tanto, con el que el Granada prácticamente sentenció el partido. No fue saque de esquina, sino que el balón impactó en último lugar en Adrián Ramos antes de superar la línea de fondo. El tanto de Santos llegó muy tarde, cuando las determinaciones arbitrales ya habían marcado el marcador.