La derrota del Sporting de Gijón en Lugo ha vuelto a dejar de manifiesto las dificultades del equipo asturiano para lograr sumar ante rivales que ocupan las posiciones altas de la tabla. Una nueva decepción de los rojiblancos cuando podían engancharse a los puestos que dan opción a luchar por el ascenso.
Una de las asignaturas pendientes del conjunto rojiblanco en esta temporada, en la que se inicio el curso con el claro objetivo de volver a la máxima categoría del fútbol español, está siendo lograr imponerse ante los conjuntos más en forma del campeonato.
Cuando parecía que la dinámica había cambiado y los resultados comenzaban a llegar, los de Rubén Baraja volvieron a tropezar en un duelo contra un rival de la zona alta de la tabla, la derrota en tierras gallegas se suma a las cosechadas frente a Granada o Cádiz y a los insuficientes empates ante el líder Huesca, el Rayo Vallecano o el eterno rival, Real Oviedo.
Una nueva decepción para los sportinguistas que ven como su equipo da un nuevo paso atrás y observan como el terreno recuperado en las últimas jornadas vuelve a perderse.