El duelo que ha enfrentado a Sporting de Gijón y Nástic de Tarragona quedará para el recuerdo de Adrián Montoro, un chaval de Tarrassa que ha visto recompensada su gran campaña en el filial, con el debut en la primera plantilla rojiblanca. El nombre de lateral diestro quedará ligado al de Rubén Baraja, al ser el primer jugador que debuta desde su llegada al banquillo asturiano.
Montoro llegó el pasado verano a Mareo procedente del Cornell, como uno de los refuerzos del filial de José Alberto López, en el que se ha consolidado como titular en la banda derecha de la línea defensiva. Su buen rendimiento en el B, combinado con las ausencias de Jordi Calavera y Alberto Lora en el primer equipo, le han supuesto cumplir el sueño de cualquier futbolista de un filial.
El defensa ya había visto acercarse la posibilidad del debut con Paco Herrera, que le incluyó en la convocatoria del equipo para viajar al Mini Estadi, en el que a la postre fue su último encuentro al frente del equipo. Montoro finalmente se quedó en el banquillo y Herrera dio la alternativa a Juan Rodríguez. Con la llegada de Baraja se mantuvo la apuesta por el central gallego reconvertido a lateral, hasta esta jornada en la que el técnico vallisoletano ha decidido dar la alternativa al catalán.
Montoro despachó un buen partido, correcto en la marca, dejando muestras de su ímpetu y fuerza, que pudieron costarle alguna amonestación y en una de sus contadas apariciones en ataque, su centro acabaría convertido en el segundo tanto de la tarde.