La sexta peor entrada del curso

El Sporting necesita a su afición. Más si cabe con lo que viene por delante con el inminente play off a la vuelta de la esquina. Pase lo que pase en la última jornada, el conjunto rojiblanco jugará la vuelta de la primera eliminatoria en el municipal gijonés. 

Casi 3.500 espectadores perdió El Molinón en el último partido que albergó en comparación con el antepenúltimo ante el Albacete. 1.500 aficionados en relación con la anterior visita a la del Granada, en el encuentro ante el Barcelona B. El domingo pasado el municipal gijonés registró la sexta peor entrada de la temporada, la cuarta más floja desde que Baraja ocupa el banquillo. Dos de las otras tres se produjeron en el mes de febrero, justo después de la decepción ante el Oviedo en el Carlos Tartiere. 
El ascenso está en juego, y eso mismo quiere transmitir Rubén Baraja. El técnico pucelano ha insistido en las últimas semanas que el playoff no es un, ni mucho menos, un castigo, sino una gran oportunidad para regresar a Primera. Sobre todo teniendo en cuenta el factor campo, con la vuelta en El Molinón. Sus gradas pueden marcar la diferencia si recupera su verdadera atmósfera. 
Un ambiente que, sin ir más lejos, fue extraordinario y clave para el último ascenso. En la campaña 2014-15 una media de 25.481 espectadores asistieron a la tres últimas jornadas. Una afluencia, por contra, que esta temporada sólo se ha superado en una ocasión, en la visita del Oviedo a Gijón.