El Sporting deberá remontar en la vuelta este domingo en El Molinón, después de perder ante el Valladolid esta noche en el José Zorilla. Tres goles en un suspiro pone cuesta arriba el ascenso del conjunto gijonés, que deberá apelar a la épica.
Sin experimento alguno, con los mejores hombres, pero sin el convencimiento de meses atrás. Pese a ello, el Sporting estaba cómodo sobre el terreno de juego en el inicio del encuentro. Se llevó un susto en una acción de Mata, que en fuera de juego falló ante Mariño. Ya pasado el primer cuarto de hora los de Baraja dieron un paso adelante. Primero con un contragolpe de Jony que remató Santos desviado. Y después también a través del uruguayo que disparó fuera un gran servicio de Carmona.
Era el mejor momento del Sporting y llegó el golpe. Uno detrás de otro, con la debilidad defensiva en evidencia y con polémica. Pudo haber falta de Mata sobre Juan Rodríguez, pero el balón llegó a la rodilla de Calero y finalmente al fondo de la portería de Mariño. Y solo cinco minutos después Hervías hizo un golazo de falta directa. Demasiado castigo para lo visto y más si cabe con el tercero, con Mata en posible fuera de juego. Se dio la vuelta ante Juan Rodríguez y en su ayuda fue Calavera, que sin querer la metió dentro. Tres goles en un suspiro y a punto estuvo de caer el cuarto. El descanso, lo mejor de la primera parte.
Sin cambios tras el paso por los vestuarios, ni de nombres y tampoco de disposición táctica. El Sporting salió con la necesidad de marcar un gol para dejar la eliminatoria abierta. Lo tuvo Santos tras un centro de Jony, como Mata el cuarto hasta en dos ocasiones. Con un contragolpe que salvó Mariño y, después, con un disparo desviado cuando ya solo restaban 25 minutos para el final. Y seguía sin cambios el Sporting, aunque con Rubén y Jony para dar vida a la eliminatoria. Falló Moyano, lo aprovechó Rubén con un pase interior y Jony definió ante Masip.
Era un buen momento para las dudas locales, para abrir aún más la eliminatoria y soñar de cara a la vuelta a El Molinón. Y eso se propuso el Sporting, con más corazón que otra cosa. Normal, por otra parte, ante la emoción de la ocasión. Lo intentó Rubén con un tiro lejano y Jony con un contragolpe. Y mientras tanto el segundo de Baraja, José Ramón Rodríguez, llamaba a Álex López. Un mediocentro como primer cambio y por un mediapunta, por Rubén García. Prueba de la confianza en el resto de atacantes. Así concluyó el partido, con la esperanza de que el tanto de Jony da cabida a la remontada, aunque con sensaciones francamente negativas.
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