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Gana para crecer

Álvaro Jiménez, en una acción del encuentro.
Pablo Guisasola

El Sporting se ha impuesto al Nástic con los goles de Hernán Santana, en la primera parte, y de Robin Lod en la segunda. Los de Baraja completaron un partido muy práctico, sin conceder ocasiones, y con una notable mejoría en los segundos 45 minutos.

Con los estrenos de Geraldes, Álvaro Jiménez y, sobre todo, Djurdjevic. La afición no faltó a su primera cita con El Molinón, con la intención de volver a ilusionarse con un Sporting muy renovado.

Con tal propósito, los primeros minutos fueron significativos. Una declaración de intenciones acerca de la paciencia que requiere este equipo, después de su profunda reforma veraniega.

Por eso al Sporting le costaba llegar a la portería rival. Espeso, lento y predecible. Todo a expensas de un chispazo de calidad. De un detalle que se hiciera clave para abrir el marcador. O a falta de juego, una evidencia de la diferencia presupuestaria entre uno y otro equipo. Algo que evidenció la defensa del Nástic, que pagó muy caro el primer error de su zaga. El regalo le cayó a Djurdjevic, que prolongó a Sousa, cuyo pase terminó en Santana, que no falló en el minuto 24. El segundo tanto del canario desde su fichaje en enero de 2018. Confianza para él, y para el equipo.

Credibilidad ante todo a la espera de convencer. El tanto tampoco sirvió para seducir a El Molinón, satisfecho por el resultado pero aburrido por lo que estaba viendo. Así se llegó al descanso.

El paso por los vestuarios no alteró el guión. Se animó, eso sí, Álvaro Jiménez con un disparo lejano que se fue desviado por muy poco. Poco a poco el Nástic fue estirando sus líneas, lo que quiso aprovechar Djurdjevic al contragolpe. El serbio no controló bien un buen pase de Cofie. Poco después fue sustituido por Neftali. También Lod tuvo su oportunidad, reemplazando a otro debutante como Álvaro Jiménez.

Por su parte, el Nástic tan solo se asomó a la portería asturiana. Se llevó un buen susto el Sporting y la grada tras un centro lateral que se le complicó a Mariño. Por fortuna rojiblanca, Tete Morente no llegó a tiempo. Tampoco la reacción visitante, más bien al contrario. Los de Baraja crecieron en la segunda parte, mejorando sus sensaciones y con Sousa dando buena muestra de la potencia y precisión de su pierna izquierda. El portugués lo intentó desde lejos pero estuvo bien Bernabé.

Ya en la recta final, el conjunto gijonés confirmó su crecimiento con el segundo tanto. Fabricado 'desde el banquillo' con Nacho Méndez asistiendo a Robin Lod. Su estreno no pudo ser mejor, sentenciando en el minuto 84. Una victoria para crecer y creer en un equipo que requiere adaptación.

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