La evolución positiva desde el cambio en el banquillo del Sporting de Gijón parece evidente, sin embargo, aún hay cuestiones por resolver. Alguna, como los lanzamientos desde el punto de penalti se han convertido en una pena recurrente para los seguidores rojiblancos en los últimos tiempos.
El conjunto gijonés se llevó un punto del Martínez Valero, pero perfectamente pudieron ser los tres en disputa. Los rojiblancos volvieron a desperdiciar una ocasión inmejorable merced a la falta de tino desde el punto de penalti. El error de Nick Blackman frente al Elche ha vuelto a sacar un viejo debate a la palestra. El lanzador elegido. Durante las dos últimas campañas el nivel de acierto de los rojiblancos desde los 11 metros no alcanza el 50% de efectividad.
Seis tantos convertidos en los últimos catorce lanzamientos de penalti. Un total de siete lanzadores diferentes han probado suerte en campaña y media. Únicamente dos de ellos encontraron el fondo de la red. Carlos Carmona, hasta en cinco ocasiones y Michael Santos la restante. Junto al centrocampista balear y al ariete uruguayo han ido tomando la responsabilidad, Stefan Scepovic, Carlos Castro, Jony, Uros Djurdjevic y el último en sumarse a la larga lista, el británico Nick Blackman.
La estadística mejora ligeramente en el presente curso, sin embargo el recuerdo de lo vivido la última temporada aumenta la preocupación entre la parroquia rojiblanca. Los errores durante este inicio de campaña han tenido un denominador común, las ansias por marcar.
El único desliz de Carmona se produjo frente a Las Palmas en El Molinón. El balear buscaba un gol cargado de emotividad tras la pérdida de su padre días antes. Djurdjevic erró ante el Reus. El punta serbio perseguía con ahínco su primer tanto con la rojiblanca, la ansiedad le pudo. Situación similar que rodeaba a Blackman en Elche. Una pena recurrente.