La seguridad defensiva como una de las claves para intentar estar arriba. El equipo rojiblanco también progresa desde la zona de retaguardia. Por primera vez desde el comienzo de la temporada ha encadenado tres partidos sin que Diego Mariño tuviera que recoger el balón del fondo de su portería. La racha es la mejor, incluso, desde que en la jornada 33 del pasado curso, en Almería, se pusiera fin al récord de imbatibilidad del meta gallego.
270 minutos consecutivos sin encajar logrados pese al cambio de esquema instaurado por José Alberto López. El paso al 4-4-2, en busca de lograr mayor presencia en el área contraria, ha encontrado, al contrario de lo que se pudiera esperar, reflejo en la faceta defensiva. Un efecto provocado por un trabajo colectivo, iniciado por los dos puntas, que no dudan en bajar mucho para participar en el esfuerzo defensivo. Labor a la que dan continuidad los hombres del centro del campo, con un Cristian Salvador creciendo en sus prestaciones con la suma de minutos.