Abelardo, actual entrenador del Alavés, valoró su etapa en el Sporting durante un acto conmemorativo por el 98 aniversario del conjunto vasco. El técnico asturiano reconoció que lo pasó mal, sobre todo, por tratarse del equipo de su tierra y la situación económica por la que atravesaba el club asturiano.
"Fue una etapa dura", introdujo Abelardo. "Ese año (el del ascenso) el objetivo era la permanencia. Estuvimos cinco meses sin cobrar y los que jugadores que subieron del filial lo pasaron mal para pagar el alquiler de sus pisos. Tuvimos que ayudarlos, incluso yo", reconoció.
Abelardo apuntó que, al menos, deportivamente "el año fue increíble". Eso sí, no sin sufrimiento y desgaste personal. "Cuando faltaban cinco o seis meses, y el objetivo era el de la permanencia, el presidente habló conmigo y me dijo que si no subíamos el equipo iba a desaparecer, que bajaríamos a Segunda B o a Tercera". Además, el entrenador gijonés añadió cómo asumió esa conversación. "Yo no se lo comenté a nadie. Para mí fue muy duro, pase unos meses durillos. Hay fotos en las que se me ve siete kilos más delgado, dormía mal", aseguró.
También se refirió a la siguiente temporada, la de la permanencia en Primera división. "Ese fue el mayor milagro. Conseguimos la permanencia en la última jornada con jugadores a los que ya había hecho debutar en Segunda". Después, concluye, en su última campaña en el banquillo de El Molinón: "Cometí una equivocación. Por convencimiento del cuerpo técnico y mi familia decidí renovar y me equivoqué. Mentalmente no estaba preparado".