Centenares de aficionados rojiblancos tiñeron los aledaños de El Molinón para recibir al Sporting en un derbi que congregó 1.200 oviedistas y 21 autobuses a los pies de un estadio lleno hasta la bandera, una previa que duró hasta el inicio del partido y que se cerró sin incidentes y a la altura del derbi asturiano.
La afición sportinguista ocupó los alrededores desde un par de horas antes del inicio del encuentro, mientras que la carbayona salió desde el Carlos Tartiere pasadas las cinco de la tarde en 21 autobuses para cumplir con todos los requisitos de seguridad del derbi.
Cientos de banderas, bengalas y bufandas recibieron al Real Sporting de Gijón en su entrada a El Molinón en el que será el último derbi de la temporada regular, momento que aprovechó 'la mareona' para dar el último aliento a los suyos antes de uno de los choques con más rivalidad del fútbol nacional.
La afición carbayona llegó a Gijón a tiempo para recibir al autobús de su equipo, que se presentó en el campo del eterno rival casi dos horas antes del inicio del choque y pudo entrar en el parking entre el bufandeo y los cánticos de los suyos.
La animación se extendió al interior del campo al que ahora da nombre también la leyenda rojiblanca, Enrique Castro 'Quini', donde ambas aficiones trataron de imponer sus cánticos al rival ya desde antes del inicio del encuentro.