Ismael Marchal Razquín, 'Irurzun' (Pamplona, 1975) vistió la camiseta del Sporting durante tres campañas. Delantero en una etapa complicada, en lo económico y en lo deportivo, de la entidad asturiana, los recuerdos positivos de Gijón superan a los menos buenos. Con 20 tantos en su periplo como rojiblanco, conoce a la perfección la ansiedad del goleador. Vinculado a la secretaría técnica del CD Numancia, repasa en conversación con ElDesmarque, la actualidad sportinguista con especial atención a la evolución de Uros Djurdjevic.
¿Qué es de la vida de Irurzun?
Sigo vinculado al fútbol, haciendo labor de scouting. Estuve un año y medio trabajando para Osasuna. Al finalizar con ellos me llamó, César Palacios, que fue mi compañero y actual director deportivo en el Numancia. Hago seguimiento en la zona norte, principalmente al Grupo II de Segunda B.
Entonces, al filial rojiblanco lo conocerá bien.
Al filial lo he visto bastante veces. Estaba complicado igualar la pasada temporada, es que lo del año pasado no era normal. No era un filial al uso, yo recordaba el Sporting B de mi época y veía chavales y el año pasado eran hombres, un equipo de jugadores muy hechos. Este año pues todo lo contrario, es un nuevo proyecto, con jugadores en formación. No se debe comparar. José Alberto hizo un trabajo espectacular.
¿Qué opinión le merece el entrenador?
Ya me habían hablado muy bien de él. Lo del año pasado fue mucho. Ahora, con el primer equipo está ahí, compitiendo muy bien. Al final cuando un entrenador llega de nuevas, necesita un periodo para que los jugadores vaya cogiendo los conceptos, hay un proceso, y comienza a dar sus frutos. Es un técnico con mucho futuro.
¿El cambio del equipo lo personaliza en Djurdjevic?
Es que es otro jugador. Lo vi en el Sadar, me dejó la sensación de un delantero peleón, pero como si le faltaran recursos. Estaba embroncado, metido en clonflictos con los defensas... Ahora no es el mismo. Poco a poco ha cogido un rol, ha empezado a meter goles y a tener confianza. Se siente importante, el equipo es otro y él también. El fútbol es psicológia al 90%, la cabeza influye muchísimo en el rendimiento. En este momento está con gol, tiene situaciones y las hace, sigue siendo peleón porque es una de sus características pero ahora también aparece el talento.
En su primera temporada en el Sporting también le costó encontrar el gol.
Salvando las distancias hay un paralelismo con el serbio, pero yo no me estrené hasta la jornada 42, en Badajoz. Mi primer año fue un poco raro, yo llegué como un jugador importante, con el club haciendo una inversión por mi en una situación difícil y empecé jugando de interior derecho. Estuvimos 11 partidos sin ganar, no metía gol nadie, hasta que empezó 'el guaje' a marcar. Ese primer año para mí fue malo, la gente me metía mucha caña, unas pitadas de la leche. Luego conseguí darle la vuelta, cómo está haciendo Djurdjevic.
¿Su balance final de aquellas tres temporadas?
Pasé años difíciles a nivel personal, no me encontraba futbolísticamente como quería estar. Luego estaban los problemas económicos de la entidad, que complicaban aún más la situación. Pero el club, el ambiente, los compañeros, como se respira el fútbol en la ciudad, es un recuerdo imborrable. Imagina si cambiaron las cosas al final que hasta me llevé un Molinón de plata. Estoy muy agradecido a Gijón.
¿Hay esperanzas para este Sporting?
Después de estar una situación en la que la temporada la dabas casi finiquitada, con malas sensaciones, ahora mismo, yendo de menos a más, le veo como el equipo con más posibilidades de meterse en el play off. Es un equipo muy fiable como bloque, hace partidos feos, pero no le generan ocasiones y sabe ganar con marcadores ajustados, me recuerda al estilo de Martín Monreal. Ojalá vuelvan a Primera.