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La parábola de la vergüenza

Miguel Torrecilla, durante su exposición (Foto: Luis Manso).
Pablo Guisasola

Desde la entrada triunfal hasta la parábola de Torrecilla. Y por el medio otros muchos momentos de 'superproducción americana' que fracasa en las taquillas. Su exposición, más allá de los cutres aspectos 'artísticos', estuvo llena de contrariedades y fáciles populismos. 

No se puede entrar a una sala de prensa como un fichaje galáctico. No, desde luego, después de una temporada en la que el Sporting disputó las últimas cinco jornadas sin un objetivo en juego. No es admisible mostrar una infografía de un equipo de ensueño para hablar de un futuro que no existe. También supone un grave error querer convertirse, aunque solo sea por un momento, en la voz o altavoz del sportinguismo. La parafernalia del chándal para, después, enseñar la camiseta es un truco vulgar. Es preocupante, y mucho, comprobar que estaba todo calculado. Todo planeado, eso sí, menos la parábola final.

Del contenido de su discurso, que multiplica las dudas, pasó por alto sus palabras hacia Canella. Su torpeza para justificar la demora de la oferta de renovación. "Él venía con un salario habitual de Primera y no queríamos descentrarle por la posible reducción". Dicho esto, ¿y Babin? No hay por donde cogerlo. A Canella, precisamente, lo que le afectó fue la falta de comunicación.

Con esto, para colmo de todo, y por si fuera poco, la parábola desgraciada puso el colofón. 'Hizo suya' la historia, se inventó a los protagonistas y el contexto. En definitiva, su exposición comenzó con un paseo triunfal y terminó con una derrota vergonzosa. 24 horas más tarde, quienes mandan, justifican la puesta en escena y sus contenidos. Ver para creer.

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  1. nel fernandez

    falta mi comentario . al desmarque no le gusto .. que pida algo igual del oviedo .. que pena de libertad de espresion

  2. Admiradora

    Te doy la razon en todo pablo,de repente son todos sportinguistas llevan 4 dias y todos besan el escudo, pero claro la mayoria son mejor tratados que los de aqui, se despiden de ellos como dioses, lo del chandal y la camiseta fue de mas, ira para otro equipo y hara lo mismo, sentirlo no es solo la camiseta que muchos es por dinero lo hay que llevar en el corazon

  3. Nicolás

    Nunca hubo un payaso semejante en la historia del sportinng. Y perdón a los payasos