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El regreso del hijo pródigo de Mareo

Javi Fuego, durante su etapa como jugador del Villareal.
Borja Fernández

Han pasado 17 años. 6628 días desde que un joven de Pola de Siero se enfundaba por primera vez la camiseta del primer equipo del Sporting de Gijón. Aquel 4 de mayo del 2002, el estadio de Butarque fue testigo del debut de Javi Fuego como jugador sportinguista. El comienzo de una carrera que, tras la confirmación oficial, vuelve a su punto de salida.

Bajo las órdenes de Pepe Acebal, un joven Javi Fuego hacía su debut en Segunda División con la camiseta del Sporting. Aquel encuentro frente al Leganés finalizó con victoria sportinguista (0-2) gracias a un madrugador gol de Chus Bravo y a otro de Michel, en el descuento. Los pocos minutos que el centrocampista poleso disputó en Butarque fueron el comienzo de una meteórica carrera como profesional.

Tras la primera toma de contacto, el asentamiento tuvo que esperar. Fue en la temporada 2004/2005. Aquel año, Javi Fuego disputó 30 encuentros como rojiblanco, con Marcelino García Toral en el banquillo asturiano. El técnico maliayo fue vital en la carrera del poleso. Tanto en el filial, como en el primer equipo, le ofreció confianza, algo que Javi Fuego devolvió en forma de fútbol.

La trayectoria de Javi Fuego en el Sporting tuvo como final de su primera etapa la temporada 2006/2007. Tras haberlo jugado todo en la medular del Sporting durante tres temporadas, el Levante se llevó a uno de los mayores exponentes de Mareo por poco más de medio millón de euros. Después de una temporada como granota, el Recreativo le echó el guante. Con el Decano, disputaría dos campañas más acumulando experiencia.

La maduración de Javi Fuego

En el año 2010, cambió Huelva por Vallecas. Con la camiseta del Rayo Vallecano, desarrollaría una de las mejores etapas de su carrera. Durante su primer año, consiguió el ascenso a Primera División, siendo indiscutible para José Ramón Sandoval. Recientemente, el técnico de Humanes reconocía que "Javi Fuego le hizo mejor entrenador, es una extensión del técnico en el campo".

Tras su gran etapa en Vallecas, Javi subió un escalón. El Valencia se hizo con los servicios del asturiano para comandar su centro del campo. Y así fue. A lo largo de sus tres temporadas como jugador ché, llegó a ser el dueño del brazalete de capitán valencianista. Una responsabilidad que defendió tanto en España, como en Europa, donde suma un total de 26 encuentros.

Dejó Valencia para recalar en el Espanyol. En Barcelona, disputó más de 50 partidos, repartidos en dos temporadas. El año pasado, firmó con el Villarreal. Las lesiones no le han dejado brillar de la manera que él deseaba como jugador amarillo. Aun así, ha disputado 23 encuentros en Castellón antes de regresar a la que siempre ha considerado su casa.

277 partidos como profesional en la Liga Santander atesoran su experiencia. Un jugador con poso, control del juego y fundamental dentro de un vestuario. Así lo han definido excompañeros como Raúl Cámara o Roberto Fernández. Algo que deberá corroborar en su casa. La misma que dejó hace 12 años. La misma en la que Javi Fuego quiere volver a despuntar, al igual que lo hizo aquel joven que, hace 17 años, debutaba en Butarque. Vuelve el hijo pródigo del Sporting, vuelve Javi Fuego.

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