La afición lo necesitaba. Un estímulo como la llegada de un jugador de la talla de Javi Fuego era lo que anhelaba el sportinguismo, huérfano de ilusiones tras varias temporadas de decepciones continuas. No solo ha regresado el centrocampista, con él ha vuelto la ilusión al Sporting de Gijón. La puesta de largo del jugador de Pola de Siero en Mareo ha sido la representación ideal de que el sportinguismo está presente e ilusionado por el regreso de Javi a casa.
Cientos de aficionados se agolpaban en los alrededores del campo de la Escuela de Fútbol de Mareo para observar los primeros instantes de Javi Fuego con la elástica rojiblanca. Tras atender a la prensa y posar con los niños del Campus, el centrocampista se fue hacia la afición. En una de las bandas del campo, Javi se detuvo a firmar autógrafos, hacerse fotos y saludar a todos los que le ofrecían la mano. Un detalle a tener cuenta, ya que no estamos acostumbrados a ver eso en otras presentaciones rojiblancas. Javi Fuego siente el sportinguismo en vena. Y así lo demuestra.
"Bajar una categoría cuesta, pero esto solo lo haría por el Sporting", explicó minutos antes en la rueda de prensa. Y es que no hay que olvidar que Javi Fuego llega a Gijón tras rechazar ofertas de la Liga Santander, con mejores condiciones económicas y futbolísticas. Pero el sportinguismo hizo su labor, apelando a lo sentimental. "Esto es un sueño deportivo", definió el centrocampista a su vuelta a Gijón y a Mareo. Un regreso más que celebrado.
17 años después, el niño que debutaba en Butarque ha vuelto al sportinguismo, devolviendo la ilusión a una afición que la necesitaba. El verano no ha hecho más que empezar pero, observando la puesta de largo de Javi Fuego en Mareo, queda claro que el sportinguismo está de enhorabuena. La falta de ilusión ha quedado subsanada con la llegada de un jugador que siente el escudo rojiblanco como nadie. Si ese sentimiento es capaz de reflejarse en el campo, la ilusión se prolongará.