En diciembre hará dos años desde el regreso de Arturo Martínez Noval al Sporting de Gijón. Futbolista rojiblanco durante cuatro cursos completos en Primera división, con más de 100 partidos, ahora ejerce como coach de la entidad asturiana. Miguel Torrecilla apostó por él y desde entonces ha estado siempre junto a José Alberto López.
Son muchas las ocasiones en las que se le ve charlando junto al entrenador del primer equipo. Sobre todo en los ejercicios iniciales de cada entrenamiento, cuando el preparador físico lleva la voz cantante. Después, incluso, supervisa y dirige alguno de los ejercicios si son varios los grupos en los que se divide la plantilla.
Su labor, sin embargo, es otra. Los beneficios de sus conversaciones y 'terapias' son reconocidas por la inmensa mayoría de los futbolistas que forman el primer equipo sportinguista. Y no es fácil. Salvo para Arturo, que ha encajado como uno más, la del coach no es una figura fácil de asumir para un vestuario. Su pasado como exjugador profesional, la comprensión de las sensaciones y sentimientos que sienten los actuales jugadores, han allanado su camino. También el respeto y la creencia que el vestuario tiene en su trabajo.
"Tengo que resaltar un nombre, el de Arturo, nuestro 'coach', que trabaja con nosotros a nivel mental y el desarrollo personal. Me está ayudando mucho", decía Babin, acerca de su nueva capitanía, en una entrevista en El Comercio esta misma semana. En la misma línea se pronunciaba Uros Djurdjevic para La Nueva España, en su caso ante la falta de gol y la exigencia de la grada. "Desde siempre, trabajo y hablo mucho con Arturo. Él está muy cerca de mí. Me ayudó mucho, especialmente el año pasado, cuando no marcaba goles".
Las declaraciones públicas de los implicados, así como las muestras en el día a día, demuestran que Arturo Martínez Noval se ha ganado el respeto de todos. El Sporting de Gijón se ha movido rápido para trabajar el aspecto mental y, para ello, ha dado con el guía más adecuado.