Babin es un hombre clave en el Sporting de Gijón. Uno de los pesos pesados dentro del vestuario y uno de los lideres sobre el campo. En defensa es el referente para los suyos, un central con experiencia y oficio, muy querido por la afición rojiblanca.
El central francés, pero de ascendencia martiniquesa, comenzó su carrera en el país galo, concretamente en el Châteauroux B, para luego dar el salto al primer equipo y más tarde unirse a las filas del FC Martigues francés en calidad de cedido.
Tocaba dar el siguiente paso, lo que le llevó a abandonar Francia para venirse a España, al Lucena en Segunda B. Sus buenas actuaciones y su físico privilegiado llamaban la atención. Fue Nico Rodríguez, director deportivo por aquel entonces del Alcorcón y exdirector del Sporting más adelante, el que convenció al central para fichar por el conjunto madrileño.
En el Alcorcón, bajo las órdenes de Anquela, siguió progresando y demostrando la gran capacidad que tenía en defensa. Se adaptó sin problemas a la categoría, siendo uno de los mejores en su demarcación. En el 2014, tras haber llegado al conjunto madrileño en 2010, firmó por el Granada.
Un Granada que competía en la máxima categoría del fútbol español, lo que implicaba un nuevo desafío para el defensa que veía como su carrera seguía progresando.
En agosto de 2016 rescindía contrato para firmar por el Sporting de Gijón, equipo que también militaba por aquel entonces en primera y donde se encontraba Nico Rodríguez como director deportivo, que fue clave para que el fichaje se consumara. Babin no entraba en los planes de Paco Jémez por lo que decidía poner rumbo a Gijón.
En su primera campaña en el conjunto rojiblanco vivía el descenso a la segunda división. Al finalizar la temporada se iba al Maccabi Tel Aviv durante un año en calidad de cedido tras ciertas discrepancias con el club, en parte debido a problemas que tenían que ver con su convocatoria con la selección de Martinica, con la que sigue siendo convocado Babin a día de hoy. El central hacía las maletas para irse a Israel en la temporada 2017-18.
En el equipo israelí participó en la Europa League y ganó la Copa Toto que se disputa en Israel. Una experiencia que le ayudó a crecer para volver de nuevo a Mareo tras acabar la etapa fuera de España.
Desde entonces Babin tiene el objetivo fijado de ver al Sporting otra vez en primera, quiere conseguir el ansiado ascenso con un club que para él es muy especial. Este año tiene otra nueva oportunidad para conseguirlo y el central se va a dejar todo en el campo para lograrlo.
Babin declaraba en sala de prensa, durante la presente campaña, sentirse con más peso dentro del equipo, tener más responsabilidad en el Sporting por los resultados que se consigan.
Ha sido de los primeros en dar la cara cuando las cosas han ido mal, pidiendo disculpas cuando hacía falta y sin excusas. Un carácter definido para un central que asume errores y defiende a los suyos por encima de todo.
Alegre y atento fuera del campo con los aficionados y la prensa, sabiendo la exigencia que la grada le demanda al equipo.. Una responsabilidad que acepta con gusto. El primero en autoexigirse y en reconocer errores. Autocrítico consigo mismo. Un ejemplo para el resto de jugadores de la plantilla.
Un protector para su club, para su entrenador y para sus compañeros de equipos. Babin es un tipo querido dentro del club y valorado por el cuerpo técnico y la plantilla. El líder de la defensa rojiblanca.
Pero Jean-Sylvain Babin sabe que tiene una obligación, un objetivo con la entidad gijonesa, devolver al equipo a la máxima competición del fútbol español. Las aspiraciones del Sporting para lograrlo pasan porque Babin siga siendo el hombre que otorga orden y consistencia a la zaga sportinguista.