La historia del fútbol está llena de curiosidades y este jueves que ha sido la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos, queremos recordar que a raíz de un partido del Sporting de Gijón en el que Quini fue el gran protagonista, los árbitros en España pasaron a ser conocidos por sus dos apellidos por decisión del Generalísimo.
Mateu Lahoz, Gil Manzano, Pietro Iglesias, Medié Jiménez, Iglesias Villanueva, Melero López, Jaime Latre, Hernández Hernández o Munuera Montero son los apellidos de algunos de los árbitros que pitan cada semana en LaLiga Santander. Sus nombres de pila y el de otros colegiados históricos, puede que ni te suenen y todo es por culpa de Francisco Franco.
La explicación es muy sencilla. A los trencillas españoles los conocemos todos de forma popular por sus dos apellidos porque el Caudillo así lo quiso y cambió la norma a finales de los años 60, pues hasta ahí se les conocía por su nombre y apellido, aunque más bien sólo por esto último.
Franco tomó esta medida cuando apareció en el panorama nacional el colegiado Ángel Franco Martínez. La llegada de un árbitro con el mismo apellido que el dictador no le gustó. Su nombre y diversos titulares en la prensa se podían malinterpretar y no estaba dispuesto a ello.
La idea le vino después de algunos titulares que salieron en los medios tras un encuentro en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán en el que el Sevilla FC se midió al Sporting de Gijón. Hubo polémica, terminó con empate a tres (Quini hizo un hat-trick) y en España los titulares fueron del estilo: "Franco es muy malo", "Franco masacró al Sevilla" o "Todos culpan a Franco". Esto enfadó al dictador, que al día siguiente implantó la medida de escribir el segundo apellido de todos los árbitros.
El pobre Ángel Franco Martinez lo tuvo aún peor, pues también ordenó que él no pudiera arbitrar ninguna final de la Copa del Generalísimo. Por suerte para él, la democracia le ayudó y llegó a representar a España en el Mundial de Argentina de 1978 y a pitar en tres finales de Copa del Rey.
Y así es como se ha llegado hasta nuestros días y el curioso y antiguo motivo por el que los árbitros en LaLiga sean conocidos por sus dos apellidos: Franco, que no se sabe de forma clara de qué equipo era, fue el culpable.