La derrota sufrida por el Sporting de Gijón ante el Numancia en El Molinón, deja tocados a los de José Alberto. Los gijoneses pretendían recuperar las buenas sensaciones tras perder en el Carranza ante el Cádiz. Pero los visitantes fueron superiores a los de Mareo que vieron como el público acabó mostrando su disconformidad y malestar por el juego y la situación del equipo en la clasificación.
El Sporting fue incapaz de remontar el resultado adverso con el que se llegó al descanso. Los rojiblancos no pudieron batir a Dani Barrio. Álvaro Vázquez y Uros Djurdjevic siguieron sin ver portería, mientras que el equipo cometió errores en la elaboración del juego que permitían recuperaciones del contrario.
Las gradas del Molinón vieron como al Sporting le está costando encontrar la regularidad necesaria para ser un equipo de arriba en la clasificación liguera. Además, el equipo no muestra signos de mejora respecto a otros partidos en los que ha sufrido derrotas que lo han dejado tocado de cara a la afición.
El partido contra el Numancia era una cita idonea para ganar en casa ante los seguidores sportinguistas, pudiendo enfocar con ánimo y energías la semana decisiva del tan ansiado derbi asturiano ante el Real Oviedo. Pero la imagen dada hoy sobre el terreno de juego deja un panorama de incertidumbre y dudas.
Esas dudas en el juego y la falta de resultados acabaron hoy con la paciencia del Molinón. En los últimos minutos del partido las gradas del municipal gijonés empezaron a gritar 'Fuera, fuera' cuando el equipo no podía con los visitantes que se acabarían llevando los tres puntos del feudo rojiblanco. Tras el encuentro se volvió a repetir el mismo ambiente acompañado de silbidos.
Momentos complicados para el Sporting que debe superar cuanto antes. El Real Oviedo es el siguiente escollo y el partido en el Carlos Tartiere se antoja crucial. La afición no quiere esperar más y exige resultados positivos para poder lograr el objetivo al final de la presente campaña.