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Las botellas de la suerte de José Alberto

Luis Manso

Las supersticiones forman parte del día a día en el mundo del fútbol. Pequeñas manías que, para quienes las llevan a cabo, pueden suponer la diferencia entre el triunfo y el fracaso. Rafa Nadal tiene varias, como la de colocar las botellas de una forma muy concreta, simétrica, y medida. Y José Alberto López, entrenador del Sporting de Gijón, no iba a ser menos.

El técnico asturiano tiene una manera muy propia de colocar sus botellas de agua. Las deja en la esquina de la zona técnica y una de ellas volcada hacia el área del equipo rival, algo que viene haciendo desde que dirigía al filial rojiblanco. Pero, no contento con eso, un hecho fortuito ha llevado al entrenador del Sporting a aumentar su obsesión durante los últimos partidos de LaLiga SmartBank.

El inicio, ante el Almería

Soy Luis Manso, fotógrafo de ElDesmarque y protagonista de lo que ha llevado a José Alberto a elevar su manía a su punto más álgido. Todo empezó en el partido que el Sporting disputó en El Molinón ante el Almería. Ese día, al pasar cerca del área técnica del banquillo local, tiré sin querer las botellas del entrenador y pisé una de ellas. El devenir del encuentro hizo que los rojiblancos lograran una preciosa victoria, con la primera goleada de la temporada (4-2).

Un freno contra el Alcorcón

Nueve días después, el Sporting recibía al Alcorcón en casa. Un miembro del club me dijo que volviera a pisar las botellas de José Alberto, buscando de nuevo la fortuna, pero en esa ocasión se me olvidó por completo. El equipo rojiblanco acabó cayendo derrotado (1-3).

Frente al Zaragoza, el resurgir

Por eso, el día en que el Real Zaragoza visitó el estadio gijonés, decidí volver a pisar las botellas. José Alberto ya estaba al tanto de lo ocurrido, ya que varios compañeros de prensa le habían advertido de lo que sucedía cuando yo atropellaba sus frascos de agua. El Sporting volvió a ganar y con otra tremenda goleada (4-0), algo que hizo que el entrenador rojiblanco se aferrara a mi acto de pisar sus botellas como a un hierro candente.

Los problemas en el derbi

El día del derbi asturiano ante el Real Oviedo, quise ir a pisar las botellas. Pero un miembro del club ovetense quitó las botellas de donde suele colocarlas José Alberto, también me apartó cuando lo volví a intentar... e incluso los jugadores azules las quitaban cuando saltaban al césped a calentar, conscientes de lo que podía suponer que yo llegara a pisarlas.

La suavidad frente al Tenerife

El pasado viernes, en el partido contra el Tenerife, no pude imponer la suficiente fuerza en mi pisada. Apenas rocé las botellas y el resultado fue decepcionante: el Sporting cayó 0-2, poniendo de nuevo en entredicho el futuro de José Alberto al frente del banquillo.

Una manía, la de José Alberto y sus botellas y la de que yo las pise, que ha ayudado al Sporting en dos ocasiones y que, cuando no se ha llevado a cabo, ha perjudicado al equipo. Porque las manías, cuando se tienen, son por algo.

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