El fútbol se echa de menos, se añora los fines de semana de fútbol, la vida que despertaba la competición entre los aficionados. La temporada está en el aire, no se sabe que sucederá en el futuro pese a las especulaciones y las distintas propuestas que se plantean. El tiempo ha pasado y el Sporting de Gijón cumple un mes sin competición.
Han pasado 31 días desde que el conjunto rojiblanco disputara su último partido de LaLiga SmartBank, en El Molinón y ante la UD Las Palmas. La última velada de fútbol que pudo vivir el Sporting antes de la inactividad que ha dejado la propagación del coronavirus. Por suerte, aquel partido ante el conjunto canario se saldo con una victoria local.
Los de Miroslav Djukic derrotaban por 4-0 al conjunto que dirige Pepe Mel en una cita que dejaba un festival ofensivo en el municipal gijonés. Los goles tenían como protagonistas a Álvaro Vázquez, Babin, Murilo y Nacho Méndez. Además, José Gragera tenía sus minutos sobre el terreno de juego, tras la decisión del técnico serbio de sacar al canterano en el último tramo de partido.
Ahora la responsabilidad del Sporting pasa por mantener atendidos y activos a sus jugadores desde sus respectivos domicilios. El cuerpo técnico está en contacto con ellos y mantienen el trabajo telemático. Por su parte, el club sigue a la espera de conocer las decisiones que se tomen para conocer cuales serán los pasos dados para reanudar la competición y poner en marcha la vuelta a los entrenamientos, con las medidas de prevención pertinentes.
El sportinguismo echa de menos las tardes de fútbol en El Molinón, ver a su equipo jugar y los entrenamientos en La Escuela de Fútbol de Mareo. Por ahora, todo esto queda relegado a un segundo plano, la seguridad y la salud es lo prioritario, pero el fútbol volverá y las gradas del municipal gijonés se volverán a teñir de rojiblanco cuando se pueda garantizar el bienestar de todos los aficionados.