Javi Rico ya dejó claro en su presentación como nuevo director deportivo del Sporting de Gijón que la Escuela de Fútbol de Mareo, fiel a la idiosincrasia del club, sería la base del futuro del equipo rojiblaco. Es por ello que la situación de muchos canteranos se mira con lupa. Mientras algunos, como Berto González, José Gragera e incluso Gaspar Campos tendrán la posibilidad de ganarse el favor de Miroslav Djukic en este tramo final de temporada, hay otros que no saben qué será de ellos el próximo curso. Es el caso de, por ejemplo, Alberto Espeso.
A sus 22 años, el defensor ovetense termina contrato el próximo 30 de junio, y mientras aguarda una llamada de la planta noble de El Molinón para ampliar su vinculación con el club de sus amores, al que llegó hace ya más de 16 años, también estudia ofertas por si se viese obligado a hacer las maletas en verano. De ello informa La Voz de Asturias, que asegura que el caso avanza de forma lenta debido a que aún quedan cuestiones por resolver en cuanto a la temporada del Sporting B.
La posición de lateral izquierdo es uno de los grandes interrogantes de cara a la próxima temporada. El futuro de Damián Pérez, que acaba contrato y solo se prolongaría un curso más de forma automática en caso de ascenso a LaLiga Santander, es una auténtica incógnita. Mientras que su competencia en el primer equipo la han ejercido laterales derechos como Francisco Molinero, principalmente. A ello tenemos que añadir la progresión de Pablo García, que en las últimas fechas le había ganado la partida a Espeso en el carril zurdo de la retaguardia del filial, lo que dificulta todavía más la situación del ovetense.
Así las cosas, saber qué ocurrirá con el canterano es una difícil tarea. Las dos posibilidades que se plantean son su promoción al primer equipo o el fin de una etapa de más de tres lustros en la que Espeso considera su casa. Esta opción, irremediablemente, parece la más posible, pero el guaje no piensa perder la esperanza de triunfar en El Molinón tras toda una vida en rojiblanco.