El Sporting de Gijón se midió al CF Fuenlabrada en el partido correspondiente a la jornada 41 de LaLiga SmartBank. Un partido plano del equipo de Gallego, que terminó con un empate a cero y en el que deja a los sportinguistas fuera del play off de ascenso, a falta de la última jornada.
La primera lección de Gallego la tuvo en la pizarra. Ante la superioridad física del mediocentro fuenlabreño, el equipo rojiblanco comenzó con un trivote: Gragera-Javi Fuego-Pedro, para darle más consistencia a la sala de máquinas. Además, la idea del míster catalán era la de buscar más fluidez con el balón, ante un equipo encerrado y al que le tocaría proponer más con él.
El pistolero Djuka tuvo la primera para los suyos, pero se topó con una gran mano del meta local. La respuesta de los de Oltra no se hizo notar y justo al minuto Cristóbal tuvo la suya. Fuego abierto, y de qué manera. En un primer tramo en el que la zaga rojiblanca sufría con los balones al espacio, tanto a Mula como a Kante.
A los de Gallego le costaba encontrar el balón y sobre todo crear con él. La línea de la defensa alta, hizo que sufriera en demasía y mostrara las carencias en defensa. Poco a poco supo controlar eso los de Gallego y terminó la primera parte, al menos, con una versión mejor.
Tras el paso por los vestuarios el equipo de Gallego elevó la línea de presión. Sabiendo de la necesidad de un triunfo para no complicarse. Las noticias en Castalia le hacía buscar el gol, pero los de Gallego no encontraban el camino hacia la portería de Belman.
Manu García tiró de personalidad y empezó a crecer con el partido. Pero al equipo le faltaba profundidad, ante un conjunto bien posicionado. Gallego reaccionó y dio más profundidad al equipo buscando ese gol milagroso. Campuzano tuvo un mano a mano, pero no pudo superar a Belman.
Los nervios iban creciendo y atenazando a un equipo de Gallego que veía como se le escapaba la opción del play off de ascenso. Al equipo rojiblanco le entraron más prisas aún, se le quedaba sin tiempo. No hubo milagro ni en Castalia, ni en el Fernando Torres. El Sporting se queda sin depender de él mismo y sin red de seguridad.