Uno de los ídolos de la afición del Sporting de Gijón, que abandonó la entidad rojiblanca en el mercado de fichajes veraniego de 2021, ha demostrado que continúa teniendo muy presente al club gijonés pese a la distancia. Se trata del futbolista asturiano Manu García que puso rumbo al Alavés el verano pasado.
En una entrevista en As, el actual jugador del Deportivo Alavés ha reconocido cuál es su momento futbolístico más bonito y cuál es su espinita clava en su trayectoria profesional.
"Es complicado. Tengo varios buenos. Puede que uno de los más felices, el día que jugué con el primer equipo del City, en casa en la copa e hice gol. Un partido soñado. O cuando firmo en Gijón. Siendo de allí, de la casa, para mí es como un sueño", ha admitido el que fuera atacante rojiblanco.
Acerca de ese regreso a casa y de la importancia de su vuelta en el mercado de fichajes convirtiéndose en el traspaso más caro de la historia del club (4 millones de euros), Manu García señala que al principio no se lo creía.
"Sí, cuando lo pienso... Cuando me dicen que me querían comprar, no me lo creía. Acepté, por supuesto. Y en Gijón está la espinita que tengo clavada. Primero, porque en todo el año del COVID, que no pudo venir la gente al estadio. Volvía a casa para jugar delante de mi gente y al final solo lo hice durante cinco o seis meses. Siempre había soñado con jugar en El Molinón y hacerlo con la grada vacía... No era lo mismo. Esa es mi espinita clavada más grande".
El exjugador del Sporting, que recaló en el Deportivo Alavés en verano, ha disputado un total de 21 encuentros en los que ha sumado casi 900 minutos dando una asistencia de gol.