Tuvo que sufrir hasta el final y trabajar lo indecible, pero el Sporting de Gijón vuelve a la senda idónea, a la del triunfo, la que lleva al equipo hacia el objetivo marcado a principios de temporada. Frente al Ibiza, los de Abelardo mostraron dos caras, pero a la par una importante fortaleza ofensiva que debe ser la tónica durante la temporada.
Estuvieron acertados en ataque cuando más lo necesitó el equipo y eso es lo importante. Hubo dudas en defensa, imprecisiones que se convirtieron en acciones de peligro rival, en murmullos en la grada e incluso en un gol en contra, pero ante todo ello se erigió un Sporting respondón que sabe lo que quiere y que volvió a la senda del triunfo en un buen momento.
Atrás quedan dos derrotas consecutivas que aún se pueden considerar de aprendizaje, en un inicio de temporada que tiene bien despierta la ilusión de su gente. Todo ello, acompañado por un poderío arriba bien repartido. Todos pueden ser protagonistas y sumamente importantes y eso es lo que cuenta.
Además, el fondo de armario comienza a despertar. Jugadores como Jony o Campuzano van de menos a más y Abelardo espera que pronto alcancen el nivel que se espera de ellos. Y todo esto aderezado por las importantes bajas con las que contaba el equipo, entre ellas, las de Cote o Djuka.
En definitiva, un triunfo que vale su peso en oro y que devuelve la calma y la sonrisa al seno rojiblanco tras siete jornadas disputadas. Es el camino a seguir.