2-0, Cristo (min. 85)
Lo importante es saber levantarse
Caerse por el camino es lógico y plausible, pero lo verdaderamente importante es levantarse. El Sporting de Gijón le demostró a su afición que sabe hacerlo, y ante uno de los cocos de esta LaLiga SmartBank como es la SD Eibar. En el primer acto fue más eficaz y en el segundo fue la puntería la que evitó un marcador más abultado.
El Molinón presentó una gran entrada pese a un nuevo partido de los asturianos en un horario que no invitaba a ello. El encuentro se retrasó un instante porque el trencilla del encuentro, Caparrós Hernández, saltó al terreno de juego con su teléfono móvil. Anécdota curiosa a un lado, el Sporting saltó al verde con ganas de resarcirse de su ínfimo choque ante el Granada CF.
Cómodo sin balón, efectivo con él
La presión alta y los intentos de Queipo y Otero por fuera invitaban al optimismo en el inicio. Eso sí, la posesión del balón era dominada por el conjunto armero, aunque sin grandes ocasiones. Pero no le importó al Sporting.
Agazapado atrás y plantándose en área rival con un juego más directo, llegó el tanto que inauguró el electrónico de El Molinón. Pedro Díaz aprovechó un rechace en la frontal del área, gracias a una gran conducción se introdujo en el área y cruzó el balón hacia el palo largo lejos del alcance de Yoel. Debe pegarle más. Golazo.
El '8' del Sporting fue creciendo a raíz del gol y fue clave para sostener el centro del campo local. El guion de partido fue el mismo. El único pero de la primera mitad, la escasa presencia en área rival del tándem Zarfino-Djuka. Ambos estuvieron muy alejados de las inmediaciones de la portería armera y tuvieron que bregar mucho con los centrales visitantes. Los de Abelardo gestionaron bien la ventaja y se marcharon por encima en el marcador al descanso.
La merecida tranquilidad llegó al final
La segunda mitad comenzó con un Sporting mandón, un Guille Rosas imperial... y un fallo increíble de Djuka. Apenas se cumplían cuatro minutos del segundo acto, cuando el ariete sportinguista lanzó el balón fuera con Yoel fuera de portería. Inusual a la vez que preocupante. Urge recuperarle.
Los pupilos del 'Pitu' estaban protagonizando sus mejores minutos en el encuentro. Ahora sí era dueño del balón, las ocasiones se sucedían y El Molinón se enganchaba al juego de su equipo. Solo faltó lo más importante, otro tanto. Si antes hablábamos de ese poco protagonismo del tándem ofensivo local en ataque, la segunda mitad no cambió el parecer. Zarfino también desaprovechó una ocasión clarísima con Yoel prácticamente vendido. No lograba poner tierra de por medio el Sporting.
Entonces llegaron los nervios. A falta de 20 minutos para el final del choque, Bautista tuvo en su cabeza el empate. Los fantasmas volvían a El Molinón. Abelardo detectó el problema e introdujo varios cambios para contrarrestar los buenos minutos del Eibar. Y vaya si funcionaron. Cristo certificó la victoria sportinguista con un golazo de bandera a falta de cinco minutos para el final. El Sporting recuperó la sonrisa.