El Real Sporting sumó un punto en su visita al correoso Municipal de El Plantío. El partido que te hemos contado tuvo dos realidades muy distintas. Con balón, los de Miguel Ángel Ramírez cuajaron un buen partido gracias a Marsà y Varane, dueños del centro del campo, al que se acabó sumando Pedro Díaz, de menos a más. No obstante, al equipo asturiano le volvió a faltar lo de casi siempre: el gol. Una realidad que cuesta puntos. Y es que si el fútbol se jugase sin porterías... este equipo estaría muy arriba.
Salió el Sporting al encuentro a los lomos de un Jonathan Varane con ganas de comerse el mundo en El Plantío. Y el centrocampista francés parece que contagió a propios y ajenos, pues el encuentro comenzó con un gran ritmo. Miguel Ángel Ramírez avisaba de que se avecinaban cambios y el equipo gijonés protagonizó sus minutos más verticales desde la llegada del técnico canario.
La mejor ocasión del primer acto fue para los locales. Con todo a placer... Curro se topó con la madera. Al Sporting le quedaba otra vida. Enfrente había un rival que sabía a qué jugar prácticamente de memoria y eso se reflejaba en el verde. El carril izquierdo rojiblanco era una autopista para los burgaleses. Fue mejorando el equipo asturiano de la mano de José Marsà (grata sorpresa en el medio) y de un Pedro Díaz que estuvo desaparecido hasta bien entrado el primer acto.
En el segundo acto, la tónica fue muy similar. Fuertes y eficientes en la medular, pero con graves problemas en área rival. Crecían con balón los de Ramírez, pero sin un nueve certero es difícil hacer goles. En una sorprendente decisión, el técnico sportinguista sacó del campo a Varane, muy fiable durante todo el partido, para introducir a Dani Queipo de enganche.
Sin gol no hubo paraíso y el Burgos apretó como acostumbra en los minutos finales. Insua salvó los muebles al final y el Real Sporting sumó un punto que no le saca del pozo. Mejora poco a poco, pero para ganar necesita más mordiente.