Había cierto runrún en la previa del partido. "Ojo, que marcamos el descenso"; "a ver el Lugo, que no se juega nada"; "siempre resucitamos a los muertos"... Pues no. Nada de eso. El Sporting venció cómodamente al Lugo y alejó los fantasmas del descenso. Llegaba con tan solo cuatro puntos de margen sobre el Málaga y el equipo cogió algo de oxígeno venciendo al cuadro lucense. Y lo hizo a base de golazos. Los jugadores estuvieron a un nivel notable. Porque el golpeo de Pedro Díaz y el eslalon de Guille Rosas con posterior escuadrazo encaminaron un triunfo que certificó Juan Otero al cazar una prolongación del Cali Izquierdoz a la salida de un córner. Solo Xavi Torres, en un acto de poca contundencia por la relajación del resultado, maquilló el marcador.
Va carburando este Sporting, que fue plenamente superior a su rival. El objetivo de la permanencia aún no es oficial, pero hoy lo tiene mejor que hace una semana. El fin de semana que viene tendrá la oportunidad de sellarla de manera matemática echando a los leones a un rival directo por la permanencia como el Villarreal B.
Lo cierto es que, de principio a fin, todos los jugadores tuvieron sus momentos y jugaron bastante bien. Desde Cristo y Campuzano, más enfocados a moverse entre líneas y generar desgaste, a los centrales, los carrileros, los centrocampistas... Incluso Djuka y Aitor, que entraron en la segunda mitad, dejaron varios detalles y combinaciones interesantes que bien podrían ser señal de brotes verdes no solo de cara a este tramo final de temporada, sino pensando ya en la siguiente.
Sea como fuere, estos partidos sirven para ir sabiendo con quién puede contar y con quién no Miguel Ángel Ramírez de cara a la próxima campaña. El grancanario será el encargado de comandar el nuevo proyecto, y el técnico está en la obligación de encontrar a los futbolistas con los que cuenta, a los que necesita dar salida y las posiciones que habrá que reforzar.