La paciencia, el ingrediente clave del buen momento del Sporting para Ramírez: "El entrenador no era el problema"

Pese al tropiezo contra el Amorebieta, el Real Sporting y su afición viven en un momento de euforia y gran parte de culpa la tiene el trabajo de Miguel Ángel Ramírez. El técnico canario ha conseguido darle la vuelta por completo a una situación que, tanto en enero como llegó como en mayo cuando concluyó la temporada se antojaba convulsa.

Por eso mismo, Ramírez tiene muy claro que la paciencia que el Grupo Orlegi ha tenido en su proyecto está empezando a dar sus frutos ahora mismo. Así lo ha asegurado en una entrevista en 'La Pizarra de Quintana' de Radio Marca.

"Estamos donde creo que un club como el Sporting tiene que estar. Y donde tiene que moverse para aspirar a cosas más grandes de las que estaba teniendo los últimos años. Con ese objetivo vine en enero, sabiendo el riesgo que corría. Sabía que si teníamos paciencia todos, íbamos a ser capaces de ir cambiando poco a poco", asevera el técnico.

De hecho, no tiene reparos en admitir que en su reunión con Orlegi percibió el mismo feeling que con Independiente del Valle, club en el que se encumbró. "Era la primera vez que volvía a sentir lo mismo que sentí con los dirigentes de Independiente del Valle. Sentí poco resultadismo, visión y querer construir algo juntos... Sabiendo las urgencias y el tamaño del club, que es algo que no se puede evitar. Me recordó tanto que me empujó a venir a Gijón".

Y añade: "La realidad nos indicaba que el entrenador no era el problema del Sporting. Cuando pasan entrenadores por un club, sabemos que hay algo más de fondo. Para poder arreglarlo, necesitas tiempo. Y en ese tiempo tienes que ir ganando. Sabíamos del riesgo de entrar en un momento de crisis, pero con la capacidad que mi cuerpo técnico y yo tenemos incorporaríamos cosas para merecer otro tipo de resultados".

Ramírez y la afición del Sporting ya van conociéndose

Pese a las reticencias iniciales, lo que antes eran críticas ahora se han convertido en elogios hacia un Miguel Ángel Ramírez que cada vez se siente mejor en Asturias:

"Ya no solo conozco la idiosincrasia del club. También la de los asturianos y cómo se vive aquí el fútbol. Salgo mucho a la calle, estoy en contacto con la gente, así que les voy conociendo y me van conociendo a mí: el entrenador y la persona. Cuando hay vínculos y la confianza se va afianzando, nos vamos queriendo más. Y los resultados siempre ayudan, claro".