Tercer premio para el Monumento del Valencia

El Valencia CF hizo buenos los pronósticos y venció por dos goles a cero al Deportivo de la Coruña. Con este triunfo, los de Mestalla duermen terceros a expensas de lo que hagan sus rivales en la 26ª Jornada de Liga.

En un encuentro en el que los valencianistas fueron netamente superiores, sólo de penalti pudieron abrir un partido que el Dépor trabó hasta la saciedad. Ya con la ventaja del 1-0, obra de Dani Parejo, el Valencia consiguió serenarse y sentenciar gracias al tanto de Paco Alcácer. El de Torrent, que salió bien entrada la segunda parte, marcó el 2-0 en el primer balón que tocó. 
De inicio, Nuno Espírito Santo optó por alinear a Rubén Vezo para acompañar a Otamendi en el centro de la zaga. De esta forma, el argentino no tenía que modificar su posición y más en un encuentro donde el mediocentro titular estaba sancionado. Enzo Pérez hizo -bastante bien- las veces de escoba. En ataque, Rodrigo, consciente de que tenía ante sí su enésima oportunidad, fue el más activo y el que generó casi todo el peligro en los primeros instantes.
Por la banda derecha, la del hispano brasileño, canalizaba el conjunto de Metalla su ataque. Deseaban resolverlo por la vía rápida, pero ni Rodrigo ni Negredo (con dos romos cabezazos) acertaron a batir a Fabricio.
Con el paso de los minutos, el Dépor se estiró e inquietó tímidamente a Diego Alves; siempre seguro en sus intervenciones. Pero el peso del juego lo llevaba el Valencia. Rodrigo, al que sólo podía parar Luisinho con faltas. En el acoso a la meta gallega Gayà y Piatti empezaron a cobrar un protagonismo necesario para ponerle balones a un Negredo que estuvo renqueante desde el minuto 25. El vallecano pisó mal y se retorció de dolor aquejado de molestias musculares en su pierna izquierda. Pero tirando de pundonor consiguió seguir y tuvo ocasiones para inaugurar el marcador.
Sin embargo, la ansiedad cegaba a Negredo. Quería marcar como fuera, pero estaba negado. Y eso que el Valencia jugaba para él. Por banda entraba con cierta facilidad y colgaba balones, pero éstos no encontraban su destino final, que no era otro que las mallas de la meta deportivista.  
Con este panorama, con el Valencia volcado y el Dépor lanzando contras cada vez más peligrosas, se llegó al intermedio del encuentro.

Negredo lo intentaba, Parejo y Alcácer lo conseguían

La segunda mitad comenzó con la misma tónica que acabó la primera parte. El Valencia encerró a los de Víctor Fernández y, aunque las ocasiones no eran claras, la sensación de peligro se percibía en el ambiente. La afición apretaba y Mestalla reclamó un derribo de Fabricio a Piatti. El colegiado no vio nada. 
Negredo contagiaba su inquietud y su ansiedad a la grada, que le apoyó incondicionalmente. El delantero del Valencia tuvo dos ocasiones casi consecutivas cuando aún no se había cumplido la primera hora de partido que, en condiciones normales, deberían haber acabado en gol. Sin embargo, la lata la abrió Piatti. El veloz punta fue de nuevo derribado por Fabricio con la sensible diferencia de que, esta vez el colegiado sí que lo pitó y el capitán Dani Parejo hizo el 1-0 desde los once metros.
Los nervios se aplacaron y la gente disfrutó. El equipo era tercero, el ambiente fallero, los casales y las verbenas esperaban para celebrar un triunfo que sabe a gloria. Rodrigo, fundido, dejó su sitio a Feghouli. El argelino fue un spectador de excepción para ver el gol anulado a Negredo por claro fuera de juego.

Llega la fiesta

El gafe de Negredo seguía y mientras el equipo seguía a lo suyo. Piatti conducía, se la dejaba franca a Parejo que la lanzó a las nubes. El mal fario no iba a abandonar a Negredo, que lo intentó hasta la extenuación, pero que finalmente tuvo que retirarse lesionado (y merecidamente ovacionado) en el 70. El ídolo local, Paco Alcácer, era su sustituto.
Y fue llegar y besar el santo. El primer balón que tocó el delantero de Torrent acabó en gol: 2-0. Feghouli, recogía un balón en el área, driblaba a su par y hacía una asistencia precisa para que Alcácer empujara a la red. La fiesta se desató en Mestalla. Ola mejicana, cánticos, emoción y empujón anímico para que el equipo lograra el tercero.
De Paul entraría a falta de siete minutos por un Piatti que se marchó con la gente en pie coreando su nombre y premiando su gran partido. No en vano, suya fue la jugada que permitió iniciar la victoria. 
Feghouli pudo lograr el tercero. El argelino apuró al máximo su banda para poner el ay en el cuerpo de los gallegos, pero sin ángulo su balón se paseó por la línea de meta sin que De Paul pudiera marcar. El himno regional sonaba en Mestalla y ponía el colofón a un partido impregnado del ambiente fallero en el que el Valencia ganó, convenció y traspasó toda la presión a sus rivales por la parte noble de la tabla.