Kim Lim ya está en Valencia y ha vuelto a Mestalla y eso es una celebración para los miles de valencianistas porque volvió a demostrar que siente este equipo como la primera y como la que más. A la hija del magnate singapurense se le vio nerviosa durante una buena fase del partido en la que el equipo no encontraba la manera de abrir el marcador, se 'rompió' las manos a animar al equipo porque sabía que las cosas no estaban saliendo, sufrió de lo lindo escondida detrás de esas mangas extra largas que llevaba su sueter y del pañuelo anudado al cuello. Recibió al equipo de pie y aplaudiendo, lo despidió en la primera mitad de pie y aplaudiendo y lo mismo en la segunda mitad. Por momentos, apretó los puños con las ocasiones de Piatti, de Negredo, sabía que el gol estaba a punto de llegar y sonreía.
Pero con el penalti a Piatti, algo se encendió en ella porque sabía que otra victoria estaba cerca y cuando Parejo marcó el gol de penalti, dio un salto de alegría, lo celebró por todo lo alto. Sabía que una nueva victoria estaba cerca. Desde el gol del Valencia hasta el final se le vio mucho más tranquila y disfrutando del gran ambiente que había en Mestalla. Se contagió del ambiente festivo de la grada porque veía que la gente, que la afición ché está siendo de vital importancia para que el equipo saque los partidos adelante. Lo mismo que con el gol de Paco Alcácer, con el que por fin puso respirar de verdad, vio la ola de Mestalla y quedó maravillada.