Diego Alves es humano

Diego Alves está siendo uno de los mejores de la temporada, un pilar básico en la enorme campaña que está haciendo el Valencia CF, pero en Vallecas el internacional brasileño bajó a la tierra, se mostró humano, porque un error suyo se tradujo en el 1-0. Le molestó el sol que lo tenía enfrente y eso no le permitió ver el disparo de Embarba desde la frontal, pero la posición del cuerpo no fue la más ortodoxa porque quiso blocar el esférico con el cuerpo ladeado y hay una máxima entre los porteros y es que el balón detrás de los brazos tiene que encontrar el pecho y si es por abajo, las piernas. Entre el infortunio, el sol y que Alves no cuadró su cuerpo para atajar bien el balón, el Rayo se adelantó en el partido.

Pero no fue el único gesto raro de la tarde-noche porque con los pies tampoco estuvo bien, le paso en la primera ocasión en la que Manucho le apretó atrás, su primer control se le fue casi a córner, rectificó pero entonces el balón se le fue largo y tuvo que despejar contra las piernas del delantero angoleño. Fue el primer síntoma de que Diego Alves no se encontraba a gusto frente al sol, que no le dejaba estar totalmente concentrado. Tras su fallo en el gol de Embarba, le volvió a pasar en otro balón retrasado por la defensa Manucho y Kakuta le presionaron y se tuvo que quitar el balón de encima como pudo. El partido llegó al descanso y Diego Alves tenía por delante la oportunidad de resarcirse de su error, pero el Rayo tampoco apretó demasiado.