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Rodrigo ya sufre la dureza de la pretemporada

Rodrigo, con las temibles ampollas en sus pies.
Manu Gimeno

Cuando se habla de la dureza de la pretemporada siempre se piensa que viene por el cansancio muscular que sufren las piernas de los futbolistas, con sesiones dobles y muy físicas que hacen que las piernas de los futbolistas se resientan hasta que cogen el tono físico deseado, pero también salen las temidas ampollas ya que los pies sufren como los que más por un calzado nuevo y más rígido que no se han amoldado al 100% a los pies de los jugadores, habitual en las primeras semanas porque todos estrenan botas al principio de cada temporada, también por las altas temperaturas que están sufriendo en Austria y que hace que los pies sufran un mayor roce que de costumbre, pero las ampollas son algo habitual entre los deportistas. 

El que ha sufrido este temible daño ha sido Rodrigo Moreno, que tiene ambos pies llenos de ampollas, tanto en los dedos como en la parte del talón y que se está tratando desde hace varios días. Los duros entrenamientos y el primer partido disputado este miércoles ante el Wiener SK han hecho que sus pies se hayan resentido. Los deportistas profesionales siempre temen a éstas porque son muy molestas ya que no se sienten al 100% y son muy dolorosas. El tratamiento es claro y hay medidas que ayudan a que cicatricen como meter los pies en canendula con sal y agua caliente, cuando se calza la bota hay que proteger la piel vendando la zona o protegiéndola con un esparadrapo o doble piel (como se ve en la foto en sus dedos).
Los consejos que ha recibido es que se cambie los calcetines con asiduidad para que éstos nunca estén humedecidos lo que provoca más ampollas. Antes del entrenamiento a Rodrigo se le aplica un vendaje o una tirita especial para ampollas en la zona afectada, se le secan los pies antes y después de cada sesión de trabajo y una medida muy efectiva para los partidos y los entrenamientos es cubrir el pie y el área afectada de vaselina. Con ella el alivio del dolor es instantáneo pero, el calor del pie en el ejercicio tiende a derretir la vaselina haciendo que esta medida no sea del todo eficaz a largo plazo, con entrenamientos de más de dos horas.
  
 

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