Queda menos de una semana para que Nicolás Otamendi se reincorpore a la disciplina de trabajo con el Valencia y el club todavía no tiene sobre su mesa ninguna oferta en firme por él.
A estas alturas nadie duda que:
a) El futbolista quiere irse; lo ha dicho públicamente.
b) El Valencia ha sentado los 50 millones de euros de la cláusula de rescisión como su base para negociar.
c) Jorge Mendes está intermediando con Eugenio López, agente del jugador, para tratar de sacarlo del Valencia a un precio inferior de esos 50 millones; bien sea introduciendo algún jugador como Valdés, bien sea rebajándole el sueldo al propio Otamendi.
d) El Manchester United es el club mejor colocado para ficharlo, pero el City también espera su oportunidad.
Paralelamente a esta situación, en el Valencia están convencidos de que el futbolista acabará marchándose, aunque Nuno le espera este domingo para incorporarse al grupo. En este sentido, el técnico sabe que si vuelve deberá hacer una ardua labor psicológica con él hasta que la situación se resuelva en un sentido u en otro.
El caso es que si se marcha, la opción preferida de todos los nombres que están en la recámara parece ser Ezequiel Garay. El también internacional argentino no está feliz en el Zenit ruso y vería con muy buenos ojos salir. Por desgracia para los intereses valencianistas, informaba La Gazzetta dello Sport, el AC Milan se ha metido en la puja por Garay que, de no recibir noticias con celeridad desde Mestalla, puede terminar comprometiéndose con el conjunto rossonero.