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Rodrigo es otro en la izquierda: desborde y gol

Rodrigo se abraza a Paco Alcácer. (Foto: A. Iranzo)
Manu Gimeno

El centrocampista del Valencia CF, Rodrigo Moreno sigue dándole la razón a Nuno Espirito Santo. Desde la izquierda se siente mucho más a gusto, más cómodo, entra más en juego y llega más al área, en definitiva está rentabilizando sus buenos minutos con goles. De hecho forma ya con Gayà una sociedad que ya acobardó al lateral romano, Florenzi en el Naranja 2015, y que este miércoles han hecho lo propio con Andrea Raggi. Que mal lo ha pasado el italiano, sobre todo cuando veía venir a dos 'MotoGP' cara él. Rodrigo Moreno ya fue el máximo goleador junto a Negredo en la pretemporada, cuando las balas eran de fogueo, pero ahora ya con balas de verdad ha sido el primero en marcar. Tan sólo ha dejado pasar tres minutos del primer partido oficial de la temporada, para demostrar que está ante su gran temporada. De momento ya suma tres.

La temporada pasada le sirvió para aprender muchas cosas, para darse cuenta de sus errores, fallos que le costaron al equipo puntos, pero este verano ha hecho un exhaustivo examen de conciencia, su particular penitencia, y lo ha visto claro porque es un Rodrigo nuevo. Además, el hispano-brasileño muta cuando llega esta competición, un torneo que está hecho a la horma de su bota y ya en Lisboa dejó enormes partidos en la Liga de Campeones porque se siente importante y porque se siente en su 'habitat' natural con los focos de la Europa futbolística mirando.
No hace falta decir más pero la jugada del gol es trabajo de laboratorio. Feghouli buscó la espalda del nigeriano Elderson, De Paul puso un pase milimétrico y el daño ya estaba hecho porque hasta dos futbolistas del Valencia sabían donde terminaba esa jugada. Rodrigo y Alcácer estaban preparados para empujarla. Tres toques y el Monaco estaba desarbolado. No será la última vez que la veremos porque   

Las bandas siguen siendo un torbellino 

El Valencia CF volvió a atacar por las bandas y desarboló al AS Monaco con unos peligrosos contraataquesen los primeros 15 minutos del choque. Hay que decirlo siempre para que a nadie se le olvide, la salida natural de este equipo está en las bandas, ahí ocupan los espacios los delanteros y entran como una máquina de tren tanto Soso como Rodrigo. Por ahí vinieron hasta más de 10 llegadas en la primera mitad, un martillo pilón que hacía titubear al conjunto monegasco: centros de todo tipo al primer palo, al segundo... y Gayà convertido en un segundo interior izquierdo, haciendo dos contra uno ante Raggi. La ayudas de Wallace y Pasalic eran constantes porque estaban sintiendo el hierro. 

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