Guantazo de realidad en el Calderón

Guantazo de realidad al Valencia en el Vicente Calderón. El Atlético de Madrid fue muy superior a un Valencia que, sólo gracias a un penalti inventado por Gil Manzano, pudo disputar un partido que perdió con merecimiento. Jackson en el 34 y Carrasco en el 40 fueron los autores de los goles rojiblancos. Alcácer, de penalti, estableció el definitivo 2-1.  

Campo grande, partidazo, y once nuevo de Nuno. No era el mejor día para inventos, pero por sorpresa se quedó en el banco Javi Fuego, cediendo su posición a Danilo Barbosa. El técnico luso apostó por reforzar su medular con Enzo aunque eso le implicara dejar las bandas para Cancelo y Gayà. Cuatro mediocentros puros, dos defensivos (Danilo y Enzo) y dos ofensivos (André y Parejo), eran la tela de araña en la que debía enmarañanarse el Atlético.
Sin embargo, en el minuto 4, una pared con Jackson Martínez permitía a Koke presentarse ante Jaume y permitir que el meta de Almenara continuara agrandando su leyenda con otro paradón. 
Un error de Cancelo propició una internada de Griezzman que cortó bien Mustafi. El colegiado, sin embargo, se inventó una foto y una tarjeta para el alemán, que le tendría con el freno de mano puesto todo el encuentro.
Eran opciones aisladas, el Valencia estaba bien colocado y no sufría en exceso. No dejaba elaborar su juego al Atlético, pero le faltaba clarividencia en ataque. Una llegada de Cancelo cuyo centro no encontró rematador fue lo más destacado del Valencia, en la vertiente positiva. En la negativa, la lesión de Rodrigo Moreno. El hispano-brasileño, al que Nuno le había dado su enésima oportunidad, se marchaba con ostensibles gestos de dolor en su rodilla en el 23. Alcácer saltó al campo en su lugar. 
Todo parecía controlado. Pero en el 31 un doble regalo de Mustafi y Santos dejaban a Jackson quien, tras llevársela con la mano, se quedó sólo ante Jaume y le batía por bajo. 1-0. 
Los mismos protagonistas se vieron las caras tres minutos después. En esta ocasión, Jackson se encontraba con el gato de Almenara. El Valencia había hincado la rodilla y el Atlético lo sabía. El córner posterior terminaba con un cabezazo de Godín que no entró porque, Jaume en primera instancia, y Gayà sobre la línea, despejaban el peligro.
Los de Simeone estaban volcados y así llegó el segundo. Carrasco se deshacía de Enzo Pérez, driblaba en carrera a Danilo y, desde fuera del área metía un gran chut a la base del palo derecho de la meta de Jaume, que nada podía hacer por evitar el 2-0.

Un martillo pilón

Dos zarpazos habían dado al traste con el planteamiento de Nuno en unos primeros 45 minutos en los que, tras la decisión de dejar a Negredo en la grada y la lesión de Rodrigo, se había quedado además con poca capacidad de reacción. 
La tónica no cambió en la segunda parte. Jackson metió la puntera en el 50 y obligó a un nuevo escorzo de Jaume Doménech desde el suelo para evitar el tercero. El Atlético era un martillo pilón y el Valencia estaba desarbolado. Nuno echó mano de Bakkali en el 54 y volvía a su clásico 4-3-3, pero seguía viéndose superado por los colchoneros en todas las líneas. 
El goleador Jackson dejaba su puesto a Fernando Torres en el 57, pero la tónica era la misma: sólo había un equipo sobre el campo. La esperanza es que el Valencia marcara un gol y se metiera en el partido, pero eso no puede ocurrir si no tienes ocasiones. Es más, el 3-0 estaba más cerca que el 2-1. Un tiro de Carrasco obligó a que Aderllan Santos sacara el balón en la línea.

El árbitro mete al Valencia en el partido

El Atlético estaba dándole toda una lección al Valencia. Griezzman en el 67 estrelló el balón en el lateral tras una pérdida de Cancelo en la línea de fondo. Todo eran festejos en el Calderón. Carrasco se marchaba ovacionado en el 68, ya celebraban una victoria segura los rojiblancos cuando Gil Manzano se inventó un penalti que metió al Valencia en el partido. Godín arrollaba a Mustafi. La pena máxima, sin Parejo en el campo, se la pedía Paco Alcácer que establecía el 2-1. 
Lo que no había conseguido Nuno ni el equipo lo había hecho Gil Manzano. Con todo, el gol valencianista espoleó al Atlético que quería sentenciar. Juanfran y Torres pudieron lograr el tercero. Nuno sentó a Enzo Pérez y sacó a Piatti. El técnico quemaba sus naves, mientras que Cholo sentaba a Griezmann por Correa. Quedaban diez minutos y el milagro era posible porque estaba a un gol, así que hasta una vaselina extraña de Mina en el 89 puso el ay en los corazones rojblancos. Fue en vano. El Valencia no había merecido ganar y acabó perdiendo con justicia ante un rival que se supone que es de su Liga.