Pocos aficionados se dieron cita en Manises, hacía mucho frío y había pocas ganas martirizar a Nuno, pero una decena de seguidores chés quisieron brindarle la despedida que llevaban esperando desde hace algún tiempo al ya ex técnico del Valencia CF. El vuelo de la delegación ché aterrizó en el aeropuerto pasadas la 1:30 horas de la madrugada y excepto Feghouli que se adelantó a sus compañeros, todos salieron juntos, encabezados por el entrenador portugués. El silencio era cortante y la cara de todos, un poema. Miradas perdidas en el horizonte y cabezas agachadas buscando la penitencia por el mal momento del equipo.
Pero pronto se rompió la tranquilidad. En cuanto Nuno salió a escena, el primer aficionado le recordó el mal gesto que había tenido con el portero de Almenara, Jaume Domenech, a quien lo dejó sentado en el banquillo en detrimento del australiano Mathew Ryan. Ni las buenas actuaciones del meta en estos dos meses de competición fueron suficiente premio para un Nuno que ya sabía que iba a dejar de ser técnico ché cuando tomó la decisión de sentar a Jaume. El aficionado le espetó: "Muy bien lo de Jaume eh... fantástico. Un tío que se lo ha ganado y te lo has cargado". También hubo mensaje del mismo aficionado para el capitán Dani Parejo para que no siguiera portando el brazalete.
Dentro del aeropuerto sólo había tres aficionados, mientras que los otros siete esperaban en la calle junto al autobús del equipo. Ahí es cuando se produjo el mayor revuelo, ya que se cruzaban los gritos de ánimo para ciertos futbolistas como Bakkali y Javi Fuego, con otros que le recordaban al técnico su traumático adiós del Valencia tras la derrota en Sevilla: "Bonita despedida, Nuno". Pero los aficionados siguieron animando al equipo y le recordaron a todos los futbolistas que hay que ganar al Barakaldo en Copa e intentarlo también con el Barcelona en Liga el próximo sábado en Mestalla. La afición quiso levantar el ánimo de una plantilla que está pasando por unos malos momentos anímicos.
Nuno se sentó en la primera butaca del autobús, donde habitualmente lo hace siempre que viaja con el equipo. No quiso esconderse en ningún momento y aguantó estoicamente a que todos los futbolistas subieran al bus tras firmar autógrafos y se hicieran fotos con varios jóvenes que aguardaban a su llegada para inmortalizar el momento. Se aguantaba la cabeza con su mano derecha, algo pensativo y con los dedos tapando su boca; su mirada estaba clavada al frente y tan sólo sus ojos buscaban y seguían de vez en cuando todo lo que sucedía fuera del bus. Preparado para abandonar el aeropuerto recibió los últimos gritos de los aficionados chés que le recordaron el futuro que le espera: "¿Ahora qué vas a hacer Nuno?". Pues de momento arreglar su contrato, negociar con Layhoon y Peter Lim el cobro de los tres millones de euros que le faltan por cobrar y buscar una salida pacífica, sin tambores de guerra en el horizonte.
La despedida de un Nuno serio, pensativo y sin esbozar gesto alguno se produjo en el mismo escenario en el que tres meses antes la afición se agolpaba para celebrar la clasificación para la Champions lograda en Mónaco o en el mismo lugar en el que seis meses antes incluso la afición le pidiera que saltase a modo de celebración por la cuarta plaza lograda en la Liga tras ganar en Almería (2-3), en un partido que rubricó la mejor temporada de la historia del Valencia en Liga con 77 puntos. Cómo ha cambiado el cuento en medio año debido a que el equipo no ha funcionado como un reloj como la temporada pasada y sobre todo por la toma de una serie de decisiones deportivas (Negredo) y algunas sociales que se le achacaron (salida de Salvo y Rufete) y que la afición no entendió.