La pasada campaña el Valencia cambió la dinámica negativa y consiguió empatar en Anoeta. Fue el día 28 de septiembre de 2014 en un partido que acabó 1-1 con goles de Carles Gil para los valencianistas y de Sergio Canales para los donostiarras.
A pesar de haber conseguido un resultado positivo en Anoeta, el Valencia dirigido por el portugués Nuno Espirito Santo, perdió el liderato en aquella jornada.
El Valencia dirigido por el portugués Nuno Espirito Santo, perdió el liderato en Anoeta a pesar del empate.
Ese día, la Real Sociedad jugó con Zubikarai, Zaldua, Elustondo (Mikel), Iñigo Martínez, De la Bella, Bergara, Zurutuza (Granero), Xabi Prieto, Canales, Vela y Agirretxe (Finnbogason).
Por el Valencia lo hicieron Deigo Alves, Barragán, Mustafi, Otamendi, Gayá, Javi Fuego, Parejo (Orban), André Gomes (Filipe Augusto), Rodrigo, Paco Alcacer y Carles Gil (Feghouli).
Antes de estas últimas derrotas y el empate del año pasado, el Valencia había completado una racha completamente opuesta de seis encuentros sin perder en Anoeta, con tres victorias y tres empates.
Real Sociedad y Valencia ya completan una serie de 64 partidos de Liga en San Sebastián resueltos con treinta victorias locales, veintiún empates y trece triunfos del Valencia. En estos partidos el equipo donostiarra ha marcado 106 goles y el Valencia 60.
Un clásico desde 1931
La serie de estos enfrentamientos comenzó en la campaña 31-32, la del debut valencianista en Primera, con un partido que acabó con victoria local por 7-1.
Aquel fue el marcador más contundente de los logrados por la Real Sociedad ante el Valencia en San Sebastián, aunque también se contabiliza un 6-0 en la campaña 85-86, en la que el Valencia bajó a Segunda.
Un par de victorias por 0-3 (temporadas 41-42 y 53-54) son los mejores marcadores para el Valencia en sus visitas al conjunto donostiarra.
Ahora, el Valencia de Gary Neville, necesitadísimo de una victoria, visita a una Real en horas bajas, a dos puntos del descenso, con la herencia de su compatriota David Moyes, que dejó un mal sabor de boca a orillas del cantábrico por su nula adaptación a la Liga, al club y a la ciudad.