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Abdennour se resiente y la zaga 'fala português'

Siqueira, defensa del Valencia CF.
Manu Gimeno

Los isquiotibiales de la pierna izquierda de Aymen Abdennour dijeron basta a los seis minutos de partido. El internacional tunecino recayó de su lesión muscular y es que llegó entre algodones a la 'final' ante el Espanyol. Esta semana, en el entrenamiento del jueves sintió unas leves molestias en la parte posterior del muslo, pero en la previa trabajó sin mayores problemas. 

Pero ya en la primera carrera que se dio con Caicedo, en la jugada más peligrosa del conjunto perico en los primeros minutos, notó un pinchazo atrás y sabía que se le había acabado el partido. En seguida miró para el banquillo ché buscando a su entrenador y con la mano le dijo a Gary Neville que se había lesionado. La cara del inglés era un poema porque sin Mustafi, la presencia de Abdennour era muy importante. A partir de ese momento tendría que jugársela con Vezo y Santos en el eje de la zaga. El guión del partido se complicaba un poco más pero el equipo estaba decidido a ganar el partido.
Desde el momento en el Vezo salió al terreno de juego los cuatro defensas chés sincronizaron su lenguaje y comenzó a hablarse el portugués porque había dos lusos y dos brasileños en la línea defensiva: Cancelo, Vezo, Santos y Siquiera eran los encargados de evitar que el Espanyol marcara algún gol que trajera los nervios a Mestalla. Con Abdennour sobre el césped el Espanyol gozó de la mejor ocasión de la primera mitad, pero primero Caicedo encontró una mano milagrosa de Diego Alves y después Mamadou la tiró fuera con toda la portería para él.
Tras la lesión de Abdennour, el Valencia CF se la tenía que jugar con su pareja de centrales secundarios, con Cancelo que había desaparecido de los equipos titulares del último mes y con Siquiera que regresaba de una lesión y que sumaba tres partidos con el conjunto ché. Parece que el destino siempre caprichoso había querido que Gary Neville se la tuviera que jugar con sus futbolistas menos habituales y los que menos confianza tenían. Ninguno de los cuatro defensas más habituales con Neville estaban sobre el césped, ni Gayà, ni Mustafi, ni Abdennour no Barragán. Pero hubo entendimiento entre los cuatro y excepto en un balón largo que Pau López que dejó sólo a Burgui delante de Alves. En esa jugada Vezo midió mal y se comió el bote.

 

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