"El éxtasis de ganar un título es un poco adictivo" por lo que, cuando esta sensación no se repite, "la bola se hace más grande".
Así lo indica en una entrevista publicada en la revista Panenka, dedicado en buena parte al Valencia CF, club en el que el jugador asturiano, de 32 años, cumple su tercera temporada.
En su repaso de su trayectoria como futbolista, Fuego alude a la realidad del Valencia actual y afirma que "el éxtasis de ganar un título es un poco adictivo" por lo que, cuando esta sensación no se repite, "la bola se hace más grande".
En la mencionada entrevista, recuerda que los jugadores del equipo saben cómo es la afición y que los que no lo saben "acaban aprendiéndolo". El año pasado fue muy bueno, el equipo se dio cuenta de que algunos partidos en los que no estábamos tan bien, los acabó ganando el público. En casos así, los jugadores saben que la afición es una parte vital de todo esto. Este año no han ido las cosas bien y nos han pitado, nos recuerdan dónde estamos", afirma.
Los jugadores del equipo saben cómo es la afición y que los que no lo saben "acaban aprendiéndolo".
Para Fuego es esencial que el futbolistas se "empape" de lo que significa un club para su ciudad. "Hay que conocer la historia del club en el que se está", dice Fuego, quien considera que cada profesional ha salido de un club, una cantera o una ciudad, pero que el arraigo, si estás cuatro o cinco años en otro sitio, "acaba llegando".
En sus conceptos futbolísticos, destaca que le parece muy correcta la filosofía del "partido a partido" que practica Diego Simeone en el Atlético de Madrid.
"Creo que eso gestiona bien la ambición de la plantilla y de los aficionados porque entiendes el proceso y ves cómo va creciendo", matiza.
El jugador recuerda en la entrevista sus aficiones deportivas y musicales durante su infancia en Asturias y sus buenas calificaciones como estudiante, ya que sacó matrícula de honor en la selectividad.
El del Levante fue el "peor año de su historia" puesto que "lo deportivo fue un caos, igual que lo económico, y el club estuvo a punto de desaparecer".
Repasa su carrera tras la salida del Sporting de donde llegó al Levante "en el que sería el peor año de su historia" puesto que "lo deportivo fue un caos, igual que lo económico, y el club estuvo a punto de desaparecer".
"De ahí al Recreativo. No fue un año complicado en lo económico, pero sí en lo deportivo. Descendimos tras realizar tres cuartas partes de temporada muy buenas y bajamos porque el vestuario no tenía implicación y se dejó ir. No había identidad", recuerda.
Javi Fuego estuvo a punto de ir al Aris de Salónica y se alegra de no haberlo hecho. Tras una etapa personal difícil y a instancias de su padre se fue al Rayo Vallecano, el club que "cambió" su carrera a pesar del mal comienzo de su etapa en Madrid.
"Por mi forma de ser me interesa saber cómo les va a mis compañeros: si tienen familia, si tienen hermanos, a qué se dedican, cuáles son sus hobbies, animarles si veo que están en un momento bajo, alegrarme con ellos si están bien. Nada extraordinario".
"A nivel profesional tuve buenos entrenadores. Con los que más rendimiento di fue con técnicos con carácter", afirma al recordar a Marcelino García Toral, en el filial y el primer equipo, así como Gianni de Biasi, José Ramón Sandoval y Paco Jémez.
Capitán por méritos propios
De ahí pasó al Valencia, donde es uno de los capitanes del equipo. "Por mi forma de ser me interesa saber cómo les va a mis compañeros: si tienen familia, si tienen hermanos, a qué se dedican, cuáles son sus hobbies, animarles si veo que están en un momento bajo, alegrarme con ellos si están bien. Nada extraordinario", añade el jugador.
Ahora el futbolista ha recuperado la sonrisa. Tras estar mes y medio sin jugar por diversos problemas físicos, el centrocampista jugó ante el Rapid de Viena 30 minutos en la ida y podría volverlo a hacer en la vuelta. Gary Neville se congratuló por su regreso y no es descabellado que, ante el Athletic de Bilbao, pudiera tener opciones de volver en la Liga.
Titular ante el Rapid
Javi Fuego, regresó al once titular ante el Rapid y el asturiano no sólo fue clave para que el equipo controlara el juego sin ningún sobresalto, sino que gracias a una asistencia suya que dejó sólo a Rodrigo Moreno delante del portero del Rapid, el Valencia se adelantó en el marcador. Fue un pase medido por encima de la defensa local de más de 40 metros, con la precisión necesaria para que el hispano brasileño solo tuviera que picar por encima del meta. Javi Fuego se disfrazó de Dani Parejo.
El mediocentro ché le puso seriedad y orden al juego del equipo y el Rapid de Viena sufrió al asturiano porque en ningún momento encontró el camino para meterle mano a los de Neville.
El asturiano echó la raya, todos los balones pasaron por sus pies y jugó todos los balones con sentido. Con Fuego el Valencia CF no pierde balones y ordenó al equipo en los momentos en los que los locales buscaban salir al contragolpe. El mediocentro ché le puso seriedad y orden al juego del equipo y el Rapid de Viena sufrió al asturiano porque en ningún momento encontró el camino para meterle mano a los de Neville.
Atrás quedan unas semanas oscuras en las que tuvo que pelear contra el físico, también tuvo que dejar atrás ese mercado invernal en donde no tenía todas consigo de seguir en el Valencia CF, pero todo eso quedó atrás y ha regresado al once para darle equilibrio al Valencia CF. Es verdad que aún tiene que crecer mucho para acercarse a su rendimiento de la pasada temporada, pero este jueves ha dado el primer paso de esa total recuperación.
Ha un mes festejó en Copa ante el Granada CF su centenario con la camiseta ché, 100 partidos luciendo el brazalete de capitán hasta el final del partido, además, acaba de cumplir 32 años y lo hacía siendo uno de los hobres importantes del vestuario. segundo plano por detrás de Dani en la parcela defensiva, pero volvió a ser titular con Gary Neville y no desaprovechó la oportunidad. El Valencia no sufrió ni lo más mínimo y buena parte de ello la tuvo Fuego.
Atrás quedaban los meses de octubre y noviembre que no fueron nada fáciles para Javi Fuego porque pasó de jugarlo todo en septiembre y mitad de octubre, a pagar lo platos rotos contra el Sevilla, último partido de Nuno al frente del equipo y en donde fue expulsado. Luego le llegaron los problemas físicos y eso le dejó relegado a un papel secundario. Tampoco estuvo bien en el mes de enero porque no levantaba cabeza con su lesión inguinal, el pubis no le dejaba trabajar a gusto.
Al finalizar el partido, Javi Fuego era un hombre feliz.