Pase lo que pase de aquí en adelante la leyenda de Salvador González 'Voro' como El Salvador particular del valencianismo permanecerá en los anales de la historia gracias a los espectaculares resultados conseguidos y gracias al arrojo que le hace dar un paso adelante y no echarse atrás cada vez que las cosas vienen muy mal dadas y el club le reclama para solventar una situación harto complicada.
Voro, con la garra, el ímpetu y la seriedad que le caracterizaba como jugador, asume la responsabilidad de levantar a un equipo hundido en la miseria como ha ocurrido en esta última ocasión. Tras los seis puntos conseguidos, Voro también estará ante el Atlético en el banquillo a la espera de que el club cierre de forma definitiva al nuevo entrenador.
El sentido común y la normalidad son las claves del éxito de Voro. Una manera de entender el fútbol y la vida en general, que junto a pequeñas dosis de motivación traslada desde el orgullo de vestir la camiseta valencianista componen una mezcla que convierten a un Valencia anodino en un equipo competitivo. Una manera de entender el fútbol y la vida en general, que junto a pequeñas dosis de motivación traslada desde el orgullo de vestir la camiseta valencianista componen una mezcla que convierten a un Valencia anodino en un equipo competitivo
Además, Voro, alejado de los alardes de grandeza y los titulares llamativos, ha dotado de normalidad el entorno valencianista. El equipo se mueve en una atmósfera que nada tiene con la que rodeaba al equipo hace algunos días y eso influye directamente en las sensaciones de los jugadores a la hora de afrontar cada entreno y cada partido.
El técnico de L'Alcúdia, que ha vivido innumerables experiencias en el banquillo de Mestalla como delegado junto a diversos cuerpos técnicos, ha demostrado su permeabilidad y ductilidad para adaptarse a las necesidades del equipo en cada momento, además de dejar claro que su lectura de los partidos es buena y el equipo mejora con sus decisiones como es el tema de las sustituciones de jugadores.
Siempre en una dinámica de continuidad, Voro tira de lógica y sentido común para introducir variaciones tácticas con las que se obtiene mayor rendimiento por parte de los futbolistas. Ante el Alavés, en el momento importante de partido, Voro decidió ir a por el partido modificando el 4-3-3 por un 4-2-3-1 dando entrada a Cancelo por Medrán. El equipo abrió el campo y llegaron los espacios para que el Valencia CF consiguiera la primera victoria de la temporada. Por otro lado, en Butarque, Voro optó desde el inicio con un dibujo 4-2-3-1 adelantando sustancialmente la posición de Parejo y dejando en la medular un doble pivote formado por Mario Suárez y Enzo Pérez.
De esta manera, el de L'Alcúdia demuestra su capacidad, una vez más y ya van cuatro, y enseña el camino para dotar de competitividad al Valencia CF y de controlar un vestuario que tiende a ser una polvorín en un contexto inestable como es el que suele rodear al club de Mestalla.