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Los jugadores salen escoltados de Paterna tras la derrota

Álex López Sanfeliu / Pere Alapont

La afición no puede más y así lo demostró tras la derrota ante la Real Sociedad. A la llegada del Valencia CF a la capital del Turia, a los jugadores comandados por Cesare Prandelli les esperaba un recibimiento hostil. Alrededor de las 21:20 de la noche, la expedición valencianista aterrizó en el aeropuerto de Manises. Allí algunos aficionados arengaron a los jugadores para pedirles mayor compromiso, sin embargo, el plato fuerte de la noche estaba por llegar. El autobús del Valencia CF se desplazó desde el aeropuerto a la Ciudad Deportiva de Paterna donde los jugadores fueron recibidos en un ambiente muy hostil. 

Unos 80 aficionados ultras del equipo valencianista recibieron a los jugadores con bengalas, banderas y al grito de Jugadores mercenarios, esta camiseta no la merecéisLos futbolistas accedieron a las instalaciones donde debían recoger sus coches para regresar a sus casas. Los aficionados allí desplazados estaban dispuestos a esperar el tiempo necesario para increpar a los futbolistas, a modo de repulsa por lo que está haciendo el equipo que no es otra cosa que arrastrar y pisotear constantemente el escudo valencianista. 
El único que se salvó fue Cesare Prandelli a quien los ultras vitorearon y corearon su nombre
Las intalaciones deportivas estaban gobernadas por un amplio dispositivo policial que crecía con el paso de los minutos. Por espacio de una hora, los jugadores permanecieron en el interior de la Ciudad Deportiva de Paterna pues no querían pasar por el mal trago que les esperaba fuera. Mientras tanto, los ultras entonaban sus cánticos en contra de los jugadores en un intento de trasladarles el perjuicio de que están suponiendo para una entidad casi centenaria como es el Valencia CF. El único que se salvó fue Cesare Prandelli a quien los ultras vitorearon y corearon su nombre. 

Pasadas las 23:00 de la noche y cuando los jugadores llevaban más de una hora esperando, el refuerzo policial permitió una escolta suficientemente amplia para controlar a todos los aficionados allí presentes. Fue entonces cuando los jugadores se atrevieron a salir con sus coches, todos en fila. Algunos de ellos salieron con el rostro tapado. 
Sin duda, el ambiente tan duro que se vivió en Paterna este sábado puso de manifiesto la fractura entre una afición que está sufriendo y un club y un equipo que no dan la talla. 
 
 
 

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