Santi Mina no es de los que se queja con facilidad. Es duro y por eso cuando levantó su brazo pidiendo las asistencias médicas, todo hacía pensar que podía haberse lesionado de gravedad. El delantero gallego presionó hasta el último centímetro y en una jugada en la que fue a tapar el pase de Rubén Pardo, se le quedó la pierda detrás, tuvo la mala fortuna que se enganchó con la bota izquierda del jugador bético y eso provocó que se abriera de piernas en un gesto anti natural que le provocó un fuerte dolor en su rodilla izquierda. Tras la primera exploración le diagnosticaron que sufre un esguince de rodilla.
El punta vigués pronto se dio cuenta que algo no iba bien porque el dolor era muy intenso y se quejaba de la parte externa de su rodilla izquierda. Mina intentó continuar, se probó e hizo un gesto al banquillo de que podía seguir. Pero cuando trató de pelear un balón en la siguiente jugada se dio cuenta que la rodilla le fallaba, era más inestable que de costumbre y por eso se tiró al suelo con las manos en la cara.
Una lesión nunca llega en buen momento para un deportista, pero menos en el caso de Mina que era el futbolista que estaba viendo portería con una mayor asiduidad. Era el que se había destapado como el principal goleador del equipo y de hecho estaba seleccionado como uno de los mejores futbolistas del mes de enero en LaLiga Santander. Además, de que su trabajo y su entrega en cada partido son un ejemplo.
Habrá que esperar para conocer con una mayor exactitud el alcance de la lesión del delantero ché, se le harán prebas este lunes para tratar de saber el alcance de su lesión. Se le ha dignosticado un esguince de rodilla pero habrá que revisar bien esa rodilla.