El delantero del Valencia CF Mestalla, Rafa Mir, está desencadenado. Suma diez goles en nueve partidos de Liga y es el máximo anotador de la categoría. Gracias a él, el filial valencianista se encuentra en una cómoda posición en la tabla y no sufre a pesar de llevar cuatro semanas consecutivas sin ganar. Sin embargo, sorprende que el técnico del primer equipo, Marcelino García Toral, no cuente con él para los entrenamientos y, sobre todo, que a seis meses de la finalización de su contrato, el futbolista no haya ampliado su relación con el club.
No aterrizó de buenas maneras bajo los focos de la élite. El debut de Rafa Mir contra el Zenit fue incomprensible para todos excepto para Nuno, quien desde entonces le hizo cargar con un peso -a su edad- innecesario. El murciano estaba muy lejos de poder cumplir con las expectativas y eso le pasó factura, a ojos del respetable, durante los años posteriores. Sin embargo, esta campaña se le ha encendido la mecha y todo pinta a que terminará de explotar en la categoría de bronce. Ha sido de forma progresiva y enfrentándose a varios contextos tácticos que no le favorecían en absoluto: el estilo de Curro Torres le privaba de su mejor virtud cuando jugaba en punta, pero daba señales que invitaban a la reflexión cuando partía desde la banda. La irregularidad del primer equipo en estas últimas campañas tampoco le ha permitido apenas gozar de minutos. ¿Qué ha cambiado hoy?
El hoy entrenador del Lorca FC utilizaba un estilo mucho más basado en el dominio a través de la posesión. El 4-3-3 fue indiscutible. El trío formado por Grego, Eugeni y Quim Araujo aseguró tanto la solidez sin balón como la creatividad con él. En este contexto, el trabajo de Rafa Mir muchas veces consistió en jugar de espaldas para participar en la continuidad de la jugada. El dilema es que, pese a su físico, esa tarea no es una de sus especialidades y ello le restó demasiado brillo. Necesitaba concretarse, encontrar las circunstancias que le hiciesen sentirse cómodo.
Lubo Penev llegó a la Academia e implantó desde el primer partido de liga un sistema vertical, a veces incluso directo, estructurado en un 4-1-4-1 que posteriormente ha pasado a ser un 4-4-2. Él siempre ha sido la referencia, solo o junto a Jordi Sánchez. Ahora su trabajo es ser la punta afilada de la jabalina, destrozar defensas atacando espacios y ser referencia, casi siempre de cara. Al verse reducido el peso del centro del campo, Mir ha pasado a ser receptor de balones largos o al hueco. Ahí su zancada, su potencia en carrera y su confianza hablan por sí solas: pichichi de la categoría en la jornada 9 con 10 goles. Sólo había que desatarle la correa.
Rafa Mir llegó al Valencia CF en verano de 2012 aún en edad cadete y tras pasar por Ranero, Barcelona y Murcia. Hoy afronta su sexta temporada portando la camiseta blanquinegra y su futuro está más en el aire que nunca. El futbolista termina contrato en 2018 y, pese a que no llegó a cerrarse, fue público y notorio el interés del Real Madrid por hacerse con sus servicios para jugar en el Castilla. Por lo tanto, a partir de enero podrá firmar como agente libre con el equipo que quiera y pueda.
Todo esto lleva a pensar en dos temas paralelos que se pueden juntar en uno solo: ¿Tiene sitio en el equipo de Marcelino García Toral a medio plazo? El año pasado la respuesta, llegados a este punto, no importaba tanto como hoy. Sin embargo, y aunque ahora el Valencia tiene la faceta goleadora más que cubierta, el primer equipo juega de una forma similar al Valencia Mestalla y Rafa Mir podría tener la oportunidad durante la temporada, -quizá en Copa del Rey- de demostrar que posee el suficiente nivel para ser una alternativa real. Lo cierto es que su situación contractual a día de hoy no facilita que el club le dé la oportunidad que se está ganando con goles en el campo.