Hay muy pocas opciones de que el Comité de Competición, que se reúne este miércoles por la tarde, le quite la sanción a Marcelino tras ser expulsado, injustamente, en Cornellà. El técnico es consciente de cómo funcionan este tipo de sanciones y lo poco que son atendidos los recursos que tramitan los clubes para que las sanciones no tengan efecto. No existe demasiada esperanza, aún así el Valencia CF peleará hasta agotar todas las posibilidades para que Marcelino pueda sentarse en el banquillo ante el F.C. Barcelona.
A Marcelino podría caerle entre dos y tres partidos de sanción por una acción en la que el riguroso criterio tanto del árbitro principal como del cuarto colegiado sentenciaron al técnico por un intercambio de impresiones con Quique Sánchez Flores en la jugada en la que Murillo se lesionó y los jugadores espaynolistas siguieron la jugada y a punto estuvieron de perforar la portería defendida por Neto Murara.
La realidad de lo ocurrido en la banda de Cornellà poco tiene que ver con lo que Hernández Hernández reflejó sobre el acta pero es este texto y no cualquier otra consideración sobre lo que el Comité de Competición basa su decisión final. Por ello, parece muy poco probable que el asturiano pueda ver cómo le quitan la sanción, ni siquiera, la reducción de la misma.
Hay que recordar que, según pone el acta, "en el minuto 62 el técnico Garcia Toral, Marcelino fue expulsado por el siguiente motivo: protestar de forma ostensible una de mis decisiones con los brazos en alto en reiteradas ocasiones". La redacción incita a pensar que solamente se considerará una sanción leve y no habrá agravante posible. No en vano, el colegiado no reflejó que Marcelino se marchó a la grada, incumpliendo el artículo 113.2 del reglamento que dice "Quienes sean expulsados deberán dirigirse a los vestuarios sin posibilidad de presenciar el partido desde la grada". Por lo tanto, se espera que la sanción nunca supere los dos encuentros.