El Ayuntamiento de Valencia tiene previsto remitir este miércoles un escrito al Valencia CF para que complete la documentación entregada y así poder tramitar las licencias del Nuevo Estadio situado en la Avenida de las Cortes Valencianas.
El pasado 26 de julio el Valencia CF presentó un documento firmado por el director las obras del nuevo estadio, el arquitecto Javier Iribarren, que además es socio de Mark Fenwick, en el que certificaba el correcto "estado de conservación del hormigón" para poder seguir construyendo a fecha de julio de 2018 sobre lo ya edificado. Sin embargo, esta información ha resultado ser incompleta y no se corresponde exactamente a lo que se requería, pues solo certificaba una parte primaria de la estructura y no la secundaria.
Fuentes municipales han confirmado a ElDesmarque Valencia que la reanudación de las obras es "un asunto prioritario" para el Ayuntamiento de Valencia pero que, hasta que no tengan la información completa no se puede avanzar más. "Era insuficiente", explican cuando son requeridos por la paralización del documento. El Ayuntamiento, con todo, confía en que en este comienzo de curso el Valencia subsane los documentos presentados y así agilizar la tramitación de las licencias para que se pueda reanudar el proyecto de construcción del Nuevo Estadio. A tal efecto, hoy mismo estaba tramitando un requerimiento por escrito al club para que complete las deficiencias a la documentación presentada.
Es un proceso normal considera por su parte el Valencia, que desconocía que faltara algún aspecto en la tramitación de seguridad que garantiza la estabilidad de lo ya construido.
Según han informado a este diario fuentes de la concejalía de Espacio Público, el Ayuntamiento espera que el Valencia CF presente un informe completo en el que se garantice que el anillo ya construido en la Avenida de las Cortes Valencianas es apto en materia de seguridad para continuar las obras conforme a las modificaciones presentadas por el club a finales de 2017. En el documento de Iribarren sólo se certifica una parte de lo construido, no todo.
Hay que recordar que en octubre del año pasado, el Valencia CF rediseñó su estadio y que solicitó nuevas licencias para un estadio con capacidad para 65.000 personas y que en junio de 2018 terminó de entregar toda la documentación. Sin embargo, esa documentación no está actualizada y es la que debe modificar en septiembre para poder tramitar una nueva licencia de obras. La actual está en vigor desde 2008.
En mayo de este año el Valencia CF también presentó su alianza con Deloitte para acometer la financiación global de la operación, venta de la parcela del actual estadio de Mestalla, supervisión del proceso de finalización del nuevo estadio y el Plan de negocio y venta del terciario del nuevo estadio.
Una vez toda la documentación esté en poder del Ayuntamiento, la Concejalía no se atreve a dar un plazo exacto sobre cuánto tardará en responder, pero siempre es una cuestión de meses. Las fuentes de la regidoría de Licencias y Actividades municipales ponen como ejemplo L'Alqueria del Basket o el edificio de Bombas Gens, que en menos de un año se concedieron licencias y estaban en funcionamiento.
En resumidas cuentas, ninguna de las partes descarta a día de hoy que se pueda concluir la obra en 2021, como marca el calendario de la obra a través de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) "Valencia Dinamiza"; y tal y como se comprometí el propio Valencia CF que espera que el cambio al nuevo estadio "sea una realidad en la temporada 21-22".
Hay que recordar que el Nuevo Estadio de Mestalla lleva parado desde el 25 de febrero de 2009, cuando el club, por falta de liquidez y ante la fuerte inversión necesaria, detuvo "temporalmente" la construcción, un parón que casi una década después se alarga mucho más de lo deseado.
Aunque la previsión del proyecto original que comenzó a construirse en 2007 era de un estadio para 75.000 espectadores, el proyecto final presentado en octubre de 2017 tendrá algo más de 50.000 localidades pero con posibilidades de ampliarse hasta los 65.000 para proyectos concretos, como una final de la Liga de Campeones, que requiere un aforo mínimo de 60.000.