El Valencia CF recibe esta tarde en Mestalla (19.30 horas) al modestísimo CD Ebro en el partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. El choque, sin apenas trascendencia pues el Valencia ganó por 1-2 en la ida y el rival es uno de los peores equipos del Grupo III de Segunda B, configura un duelo en el que el morbo estará en la grada. Y es que, este Valencia-Ebro se presenta como un sondeo de opinión entre los aficionados -pocos- que vayan a Mestalla.
La eliminación de la Champions League y la forma de regalar la primera parte en el Bernabéu han puesto en el disparadero a una afición que, hasta la fecha, había sido paciente con el pésimo comienzo liguero. Hay mentideros en los que se debate ya qué medida adoptar si las cosas no se enderezan aquí a final de año y, la inmediatez de la finalísima contra el Sevilla, no ayuda a calmar los nervios en la parroquia valencianista.
En el aspecto puramente deportivo, todo lo que no sea un trámite en este Valencia-Ebro implicará un cataclismo en Valencia. De momento, como marca la tradición, Marcelino se ha dejado fuera de la lista a casi todos los pesos pesados y a alguno, como Murillo, al que una lesión lo dejará sin reválida copera. El colombiano parece estar más fuera que dentro y no será de la partida en un choque en el que los menos habituales deberán adquirir todo el protagonismo.
En el aspecto puramente deportivo, todo lo que no sea un trámite en este Valencia-Ebro implicará un cataclismo en Valencia.
Así, de inicio, se espera un Valencia plagado de suplentes como Jaume en la portería. Por delante de él, la zaga sería la formada por Piccini, Vezo, Diakhaby y Lato. En la medular volvería Ferran Torres junto a Parejo, Kondogbia, mientras que Kang-In Lee podía ser el que ocupe el otro costado. Arriba la dupla será la formada por Batshuayi y Gameiro. Son los únicos puntas que quedan sanos y salvos, pues Mina se queda fuera por problemas en el sóleo.
Se espera poca asistencia a Mestalla, todo y que los socios no pagan y lo tienen incluido en el pase. El horario, los dos últimos reveses deportivos y el cómodo 1-2 de la ida le restan casi cualquier aliciente para acudir al estadio. Es una tarde en la que el Valencia tiene qué cumplir el expediente y seguir concentrado en LaLiga Santander, que es donde de verdad se juega su futuro económico y deportivo.