Que era una noche grande no lo dudaba nadie. Desde dos horas antes la afición demostró con su aliento que iba a dejarse la piel y la garganta para que su Valencia CF llegara a la final de la Copa del Rey y lo demostró otorgando un recibimiento espectacular a los jugadores cuando llegaron en autobús a Mestalla. Latía la afición y poco después lo hizo el viejo coliseo valencianista. El templo retumbó cuando, instantes antes del comienzo, lució el tifo preparado por el club y la Agrupación de Peñas y que cubría por completo las abarrotadas gradas de Mestalla.
En la Grada de la Mar, en frente de la Tribuna, se formó con cartulinas doradas la palabra "VOLEM" (queremos) junto a un dibujo del trofeo de la Copa del Rey, sobre un fondo blanco, para componer el lema de la semifinal: Volem la Copa. Mientras tanto, tras las porterías se formó en una el año de creación del club (1919) y en la otra el actual (2019), ambas junto a un murciélago todo en dorado sobre un fondo negro. No en vano, el club se encontraba en ese momento a solo unas horas de entrar en el icónico mes de marzo, mes en el que se celebrará la efeméride del Centenario.
En el tifo se podía leer Volem la Copa y las fechas de fundación y del Centenario del club. Además se repartieron 30.000 banderas naranjas que dieron color a un abarrotado Mestalla.
También se repartieron "más de 30.000 banderas naranjas para acabar de dar colorido a un ambiente que fue espectacular durante todo el partido". El objetivo era generar un ambiente extraordinario para ayudar a que el equipo llegue a la final de la Copa del Rey por primera vez después de once años y lo consiguió. No en vano, Mestalla rugió al son de las gargantas de sus aficionados y se engalanó para que los futbolistas sintieran su aliento desde el primer instante.