En Mestalla no hay resaca que valga. El Valencia CF venció por la mínima al Athletic de Bilbao y se mete de lleno en la lucha por Europa. Fue un Valencia-Athletic en el que los locales, a pesar del cansancio, fueron superiores y terminaron llevándose los tres puntos gracias a un gran gol de Rodrigo al comienzo de la segunda parte y otro de Gameiro en el 88.
Habían pasado apenas tres días desde la semifinal de Copa y Mestalla parecía otro. Más calmado, más reposado, recuperándose aún de la adrenalina vertida ante el Betis. Por eso, para evitar excesivas relajaciones, Marcelino sacó hasta seis jugadores que no fueron titulares ante el Betis (Neto, Ferran, Kondogbia, Mina, Cheryshev y Diakhaby). Sin embargo, uno de ellos, el central francés, fue el culpable de la primera gran ocasión del choque. Con el balón controlado se la entregó mansa a Muniain. Por fortuna su cabalgada acabó por los suelos y sin más consecuencias.
Como aviso sirvió de poco, pues a la siguiente jugada de nuevo otro error no forzado llevó el ay a la grada. No en vano, acabó en penalti a favor del Athletic sobre Raúl García del propio Diakhaby. Por fortuna, el fuera de juego anterior anuló la jugada.
El Valencia, esta vez sí, se puso las pilas y, con dos internadas -una de Ferran y otra de Gayà- puso las cosas en su sitio. Los centros comenzaron a sucederse. Los laterales doblaban a los extremos, el fútbol de toda la vida, el de la vieja escuela pero que siempre termina funcionando. Faltaba que alguno encontrara rematador. De lejos, de cerca, de cabeza, con el pie... En menos de media hora el Valencia CF había generado seis o siete ocasiones clarísimas. Aún volvería a intentarlo ante un Athletic que sólo opuso la garra y la mala leche de Raúl García antes del descanso. Eso, y un poco de orden, le bastó para mantener el 0-0 al final de los primeros cuarenta y cinco minutos.
Sin cambios salió el Valencia CF a por los tres puntos y a las primeras de cambio rompió la mala suerte y casi la red. Rodrigo enganchaba un balón cedido de cabeza por Mina -preciosa la pared- y la empalmaba a la red lejos del alcance de Herrerín. Un golazo que hacía justicia y ponía en ventaja al Valencia.
El partido bajó de revoluciones y sólo una jugada que el VAR tardó en determinar varios minutos provocó las bromas de Mestalla que coreaba penalti, penalti cuando todo el mundo había visto que era fuera de juego.
La afición terminó cantando: "Mestalla quiere la Copa" e "Illa, illa, illa nos camos a Sevilla" al temo que iluminaba las gradas con las linternas de los móviles y hacía la ola mejicana. Espectacular de nuevo.
Gameiro, Guedes y Carlos Soler sentaron a Mina, Rodrigo y Ferran. Había que refrescar las piernas para que la resaca copera no pasara factura en Mestalla y Marcelino cambió sus piezas. Con los nuevos jugadores sobre el campo y el Athletic volcado en pos del empate, el Valencia CF aún tuvo alguna contra para sentenciar. Y así como llegó el 2-0. Kondogbia abrió a Guedes, este a Carlos Soler y el canterano se la puso en bandeja a Gameiro que hizo el definitivo 2-0. Y es que, en Mestalla, no hay resaca que valga. Por eso, la afición terminó cantando: "Mestalla quiere la Copa" e "Illa, illa, illa nos camos a Sevilla" al temo que iluminaba las gradas con las linternas de los móviles y hacía la ola mejicana. Espectacular de nuevo.